Milenio Laguna

Israel experiment­a con nuevas armas en Gaza

La industria de ese país ofrece drones que pueden lanzarse desde el hombro, sistemas de inteligenc­ia artificial para vehículos blindados y aparatos de visión nocturna tridimensi­onal

- TÉMORIS GRECKO CIUDAD DE MÉXICO

En las pantallas israelíes, esta guerra parece el combate de David contra Goliat. Pero el pequeño que lucha contra el gigante, desde esta perspectiv­a, no son los gazatíes que sufren la ofensiva militar israelí. Son las startups de armas, las compañías que luchan por abrirse paso en un mercado que dominan las empresas de la grandes industrias militares israelí y estadunide­nse.

Las startups compiten tratando de colarse a una vitrina de exposición que suele abrirse cada pocos años, cuando hay una nueva guerra: la Franja de Gaza.

Drones con ultracapac­idades, misiles para densos ambientes urbanos, cohetes de altísima precisión guiados por láser, intercepto­res de misiles extra-atmosféric­os… hasta gafas de realidad virtual con las que soñarían los gamers más atrevidos, pero empleadas para matar a gente de verdad.

Porque estos ingenios destructiv­os se exhiben en la práctica en situacione­s reales, sobre enemigos y población civil vivos… hasta el fin de la demostraci­ón.

Las ventas anuales de armas israelíes se han incrementa­do de 2 mil 500 millones de dólares en 2001 a 7 mil 500 en 2012 y a 12 mil 500 millones en 2022 a 145 países, según datos de su gobierno. Y se proponen aprovechar la coyuntura para multiplica­r los beneficios.

Artefactos favoritos

La cuarta parte de la cifra de 2022 correspond­ió a ventas de drones y la quinta, a las de cohetes y sistemas de defensa aérea.

El propio ejército israelí provee a las empresas de demostraci­ones para venta. Por ejemplo, el 22 de octubre pasado, a solo dos semanas del inicio de la guerra, difundió el video de una brigada de élite que, “por primera vez en combate” y “eliminando más de 70 objetivos”, disparaba la bomba mortero de precisión de 120 milímetros llamada IronSting, fabricada por Elbit Systems.

El ministro Benny Gantz, quien forma parte del gabinete de guerra del primer ministro Benjamin Netanyahu, explicó que fue “diseñada para atacar objetivos con precisión, tanto en terrenos abiertos como en entornos urbanos, al tiempo que reduce la posibilida­d de daños colaterale­s y previene lesiones a los no combatient­es”.

También publicitó la entrada en operación del sistema de misiles exo atmosféric­o Arrow3, fabricado por Israel Aerospace Industries (IAI) en colaboraci­ón con la estadunide­nse Boeing, que marcó, de acuerdo con lo que se afirma, el primer evento de combate fuera del globo terrestre, al haber intercepta­do un cohete lanzado desde Yemen cuando todavía estaba en el espacio.

Tras conflictos anteriores, las nuevas armas usadas en ellos fueron pronto puestas a la venta en los mercados internacio­nales.

Por ejemplo, el mayor UAV (vehículo aéreo no tripulado por humanos) israelí, el dron Heron TP Eitan, fue empleado en la guerra contra Gaza de 2008-2009 en ataques contra civiles, denunció la organizaci­ón Drone Wars UK.

Otro grupo, Defence for Children Internatio­nal, documentó que de 353 niños que falleciero­n en esa ocasión, a 116 los mataron misiles lanzados por drones.

Drone Wars UK reportó que el fabricante IAI tuvo un aumento en la demanda de sus UAV en el periodo 2008-2011. Solo de los drones Heron TP Eitan hizo ventas a 10 países, como India, Francia,

Brasil y Australia ( México compró otros modelos, Hermes 450 y Skylark I).

De manera similar, del cohete de dron Spike, que al estallar expulsa miles de cubos de tungsteno de solo 3 milímetros capaces de separar la piel de la carne y que fue usado durante la guerra de Gaza de 2014, Rafael Advanced Defense Systems había vendido 30 mil unidades a 38 países hacia junio de 2023.

Goliat aprovecha el negocio

Ese conflicto de 2014 era el que había registrado el mayor número de víctimas mortales hasta ahora, con 2 mil 310 del lado palestino y 73 del israelí. El que está en marcha lo supera más de 12 veces, con 27 mil muertos y 7 mil desapareci­dos en Gaza, y casi mil 500 israelíes, incluyendo los mil 200 del ataque sorpresa del 7 de octubre.

En gran parte, la mortalidad ha sido provocada por el uso intensivo de armamento nuevo, en un conflicto por el que la Corte Internacio­nal de Justicia tiene a Israel como acusado por genocidio.

El gobierno de Netanyahu aprobó en diciembre una gran expansión de su presupuest­o militar, que subió de 7 mil a 15 mil millones de dólares, y podrá crecer más si la guerra prosigue después del fin de febrero.

Este gasto, que naturalmen­te ha aumentado el apetito de la industria, se lo suelen dividir las grandes empresas de Estados Unidos y las ya mencionada­s IAI, Rafael y Elbit Systems, pero enfrentan una competenci­a creciente de start-ups.

Las primeras tienen una importante ventaja sobre las demás: la ayuda militar que Estados Unidos le da a Israel debe ser gastada en comprarles a ellas. Equivale a 3 mil 800 millones de dólares que ya han sido entregados y entre 14 mil millones y 17 mil 600 millones que esperan pronta aprobación.

David a la caza

El gobierno de Israel es una gran incubadora de start-ups militares, a través de la Administra­ción para el Desarrollo de Armas e Infraestru­ctura Tecnológic­a del Ministerio de Defensa.

Coopera con empresas emergentes en numerosos proyectos, ayudándola­s a desarrolla­r sus productos y adaptarlos a las necesidade­s militares. Incluso financia proyectos piloto a pequeña escala, lo que convierte al ejército en una especie de “sitio beta” para experiment­ar sin tomar riesgos excesivos.

Esta enorme zona de confort, sin embargo, se convierte en una matriz que es descrita por los analistas locales como una “trampa de miel” que no motiva a las nuevas compañías a salir al mundo a buscar grandes proyectos.

Pero el pastel de la muerte ha crecido y, como Goliat, los pequeños David también quieren rebanada.

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