¿Tenemos en quién confiar?
Enlos países avanzados son determinantes para la decisión de los electores los planes de gobierno y propuestas en voz de los candidatos. Lamentablemente, en México debemos tomar con cautela a la hora de votar lo dicho, propuesto y prometido por los aspirantes a cargos públicos.
La razón es obvia y está plenamente constatada: con frecuencia ha existido una distancia abismal entre las propuestas y compromisos de los candidatos y sus acciones de gobierno.
El mejor y más claro arquetipo lo representa quien por muchos años luchó para ser presidente de México, llegó a ese cargo en función de sus promesas, y ahora detenta el poder para imponer su demencial voluntad, por encima de la ley y haciendo escarnio de los gobernados.
Van unos ejemplos, de la retahíla que hay: 1) Quien protestó cumplir y hacer cumplir la Constitución, lleva más de 5 años mancillándola, y con insolencia inaudita ha vomitado: “a mí no me salgan conque la ley es la ley” y “ninguna ley está por encima de mí porque yo tengo autoridad moral y política”.
2) Quien respetaría al Poder Legislativo, ordena a sus cuatroteros no poner ni quitar una sola coma a las iniciativas que les envía.
3) Quien se comprometió solemnemente a respetar al Poder Judicial y no interferir ”de manera alguna” en sus decisiones, además de agredirlos infamemente confesó que el ministro Zaldívar fue su esbirro, a través del cual se inmiscuyó en asuntos jurisdiccionales y prostituyó la justicia.
4) El que pacificaría al país, lo entregó desde su llegada al crimen organizado, y deja el sexenio más sangriento de los últimos 100 años de México.
5) El que combatiría la corrupción es quien la encabeza, por eso ha declarado de “seguridad nacional” sus obras inútiles y dispendiosas, para no informar sobre los multimillonarios latrocinios que hay en ellas.
6) Quien se obligó a no mentir, robar ni traicionar; miente, roba y traiciona.
7) Quien prometió los mejores servicios del mundo en salud, ha convertido los hospitales públicos en antesalas de funerarias y panteones.
Por eso y mucho más debemos mirar con cautela las ofertas y promesas de los candidatos, pues suelen ser sólo carnadas para atrapar incautos, como las dádivas a los pobres, a quienes les retiraron servicios públicos vitales, y se les mantiene en la pobreza como leva electoral.
Lo más importante son las trayectorias de los candidatos. Así, por ejemplo, Xóchitl Gálvez nació en un inframundo de pobreza y violencia, pero salió de él por su formidable fuerza interior, para ser hoy una mujer honesta y útil a su patria. Es libre, valiente y capaz. No
confiar._ está atrapada por partidos ni grupos de poder, y está conformando un equipo de excelencia. No es la corcholata de nadie. No es una muñeca de trapo sentada en las piernas de un ventrílocuo perverso.
Tenemos en quién