Desaprender para aprender
“Nunca moriría por mis creencias, porque podría estar equivocado”. Controversial frase atribuida nada menos que a Bertrand Russel (18721970): Filósofo británico, matemático y escritor, defensor del desarme nuclear y reconocido pacifista. Ganador del Premio Nobel de Literatura 1950 por sus escritos sobre los ideales humanitarios y la libertad de pensamiento. Polímata y Longevo personaje que vivió plenamente sus 97 años de vida, participando activamente en múltiples actividades de su mundo y de su tiempo, razones éstas por las que cabalmente puede llamársele: “Un hombre de su tiempo”.
Pero más allá de la indiscutible influencia que como filósofo y matemático tuvo Russel en el siglo XX, es la frase que preludia estas líneas, la que invita a repensar sobre el porqué creemos en lo que creemos y así descubrir si nuestras convicciones tienen una base firme, en un ejercicio reflexivo de introspección honesta e inteligente, que nos permita distinguir si aquello en lo que creemos es resultado de haberlo pensado y razonado con lógica, o son solo ideas y palabras prefabricadas que escuchamos de otros o que mañosamente fueron “sembradas” en nuestro inconsciente para esclavizarnos a otros intereses, sean éstos políticos, religiosos o de cualquier otro tipo.
La tarea no es fácil, estas “siembras” pueden anular nuestra capacidad de auto-análisis, pues mucho de lo que está “oculto” en el inconsciente (precisamente por no ser consciente), sin darnos cuenta gobierna nuestra vida, por lo que se requiere intentar otros caminos para llegar a ese auto-conocimiento deseado. Un buen principio tal vez sea el de comprender y aceptar que en un mundo tan cambiante como el que hoy vivimos, estar abierto al cambio es una forma de sobrevivencia emocional y que para ello, a veces se hace necesario revisar y descartar algo de lo antes “aprendido”, en un proceso de “desaprendizaje”, que
humana._ permita el paso a nuevas ideas o conceptos, una disposición de apertura, con la que como en un proceso de “mejora continua”, podamos seguir creciendo y desarrollando lo mejor de nuestra condición
Polímata y Longevo personaje que vivió plenamente sus 97 años