Aterrizaje en Denver, sin heridos. Regulador investiga otro incidente de aviación
La Administración Federal de Aviación de Estados Unidos (FAA, por su sigla en inglés) llevará a cabo una investigación luego de que un motor se tapara en un avión de Southwest Airlines. El Boeing 737-800 se cayó durante el despegue en Denver y golpeó la solapa del ala. El vuelo 3695 de Southwest regresó sano y salvo al aeropuerto internacional de Denver alrededor de las 8:15 am hora local del domingo y fue remolcado hasta la puerta de embarque. El avión con 135 pasajeros y seis miembros de la tripulación a bordo se dirigía al aeropuerto William
P. Hobby de Houston. Nadie salió herido.
El avión entró en servicio en junio de 2015, según registros de la FAA. Boeing remitió las preguntas a Southwest para obtener información sobre las operaciones de la aerolínea. Southwest se negó a informar cuándo fue la última vez que se realizó mantenimiento al motor del avión. Boeing ha sido objeto de críticas desde el incidente de Alaska Airlines con un 737 max cuando, en pleno vuelo, salió disparada una puerta. El 737-800 es una generación anterior del 737 más vendido del actual max. tras, EU tiene subsidios para los autos eléctricos, pero no abordan los cuellos de botella más amplios de la cadena de suministro.
Tampoco abordan el problema actual del dumping chino y cómo asociarse con aliados para combatirlo. En resumen, no existe un enfoque coherente para abordar un desafío sistémico muy complejo.
Lo que EU tiene es, en algunos casos, lo peor de los dos mundos: hiperconcentración en industrias clave en nombre de la seguridad, combinada con todos los peligros de las presiones de corto plazo en los mercados financieros que superan (sin intención de hacer un juego de palabras) cualquier interés nacional en particular.
Un ejemplo de esto es el de Boeing, pues se le permitió comprar el único otro productor nacional de aviones comerciales de EU, McDonnell Douglas, en 1997. Como señaló el director ejecutivo de United Airlines, Scott Kirby, la innovación y la calidad han ido en declive desde entonces.
Se puede decir lo mismo sobre la incapacidad de EU para construir sus propios barcos o para averiguar cómo colaborar con sus aliados para hacerlo. Lo mismo sobre la falta de comprensión de todas las palancas de política interna y exterior que se deben utilizar para lograr la transición a la energía limpia.
Estas crisis de transporte apuntan a problemas más amplios en la gobernanza corporativa, comercio y seguridad nacional, incluso la naturaleza de la economía política estadunidense y cómo funciona (o no) en un mundo cambiante. Hay señales entre tanto ruido. Los responsables de las políticas y los líderes empresariales deben escuchar lo que nos dicen.