México mal, pero Ecuador mucho peor
Predecibles,ni el debate del domingo ni el eclipse de ayer ensombrecieron el insólito pleito con Ecuador provocado por el injerencista presidente López Obrador y catapultado por la demencial irrupción policiaco-militar en la embajada mexicana.
Más allá del cobijo a un ex machuchón que ya estuvo encarcelado por aceptar sobornos y está hoy acusado de peculado, el allanamiento es absolutamente condenable, independientemente de que no procediera guarecerlo y menos otorgarle asilopolítico.
Hasta de chiste: el embajador ecuatoriano ante la ONU, José de la Gasca, tresdíasantes (2 de abril) dela invasión invocó la ConvencióndeViena que define a las embajadas espaciosinaccesiblesparalasfuerzas yautoridadesdelpaísanfitrión sin el consentimiento del jefe de la misión extranjera y estipula que, en casos de conflicto, esos lugares son territoriosneutrales (por desgracia no hay una instancia que vigile y regule el cumplimiento de la célebre Convención).
A propósito del bombardeo israelí al consulado de Irán en Gaza, De la Gasca dijo:
“Mi delegación reitera su posición de que nadajustifica y reafirma las obligaciones que todos los Estados, según el Derecho Internacional, tienen de respetarlainmunidadylainviolabilidad así como las disposiciones de la ConvencióndeViena sobre las relaciones diplomáticas de 1961 (suscrita por 81 países, incluidos México y Ecuador) y de Relaciones Consulares de 1963”.
Enalteció “la promoción de los valores compartidos de la comunidad internacional” y demandó que los atentados contra representaciones diplomáticas “sean debidamente investigadosylosautores
Para su jefa, la canciller Gabriela Sommerfeld, el asalto a la embajada se debió al temor de que el ex vicepresidente Jorge Glas, con la complicidad de México, se les pelara:
“La decisión del gobierno fue tomada ante un riesgo real de fuga inminente de un ciudadano requerido por la justicia”, dijo, y remató con la babosada de que, conbaseenlaConvencióndeViena, ¡había pedido autorización! a la embajadora mexicana, “pero México no accedió…”.
¿Pues qué esperaba si para el Presidente mexicano ese individuo es “perseguido político”?
Si bien es cierto que el derecho internacional prevé que las representaciones consulares noasilena probablesdelincuentes y Glas no solo ha purgado seis años de cárcel por aceptar sobornos, sino que gozandodelibertadcondicionalfueacusado nuevamente, esta vez por peculado, su caso equivale a que aquí se indiciara formalmente a un ex secretario de Gobernación y éste fuera protegido en alguna embajada extranjera.
Lo civilizado racional habría sido que Ecuador, inclusive a riesgo de perder, agotara los recursos legales internacionales, acusara al mexicano por probable complicidad con un delincuente, pero jamás cometer la estúpida barbaridad de invadir un virtual pedazo de territorio mexicano…
Lo civilizado racional habría sido que agotara los recursos legales internacionales