Si sigue de “insensata”, Norcorea será arrasada
plomática para referirse a una acción militar.
Pyongyang realizó semanas atrás su sexto ensayo nuclear y varios tiros de misiles intercontinentales, el último el viernes, con un misil que por segunda ocasión sobrevoló cómodamente Japón. El acto fue visto como desafiante unos días después de que el Consejo de Seguridad de la ONU adoptara un octavo paquete de sanciones contra el país asiático.
Ayer, Trump y su par de Corea del Sur, Moon Jae-in, se comprometieron a ejercer “una mayor presión” sobre Pyongyang durante una conversación telefónica. La meta es que “el régimen norcoreano entienda que más provocaciones solo lograrán reforzar el aislamiento diplomático y las presiones económicas que llevarán a su hundimiento”, declaró la presidencia surcoreana.
China y Rusia votaron el pasado lunes a favor de sanciones para restringir las exportaciones de crudo hacia Corea del Norte, que depende de China para la provisión de este recurso, pero EU aspira a que este flujo se cierre definitivamente. También insiste en que los 30 mil trabajadores norcoreanos expatriados en Rusia representan una fuente de ingresos para la dinastía de Kim Jong-un pero, según los expertos, Moscú quiere evitar un escalamiento que amenazaría con desestabilizar la región.
EU logró que la aplicación de sanciones sea abordada en una reunión del Consejo de Seguridad de la ONU el próximo jueves, donde participarán los cancilleres de los países miembros. Además Trump se reunirá en Nueva York con sus pares de Japón y Corea del Sur. A la fecha, la acumulación de sanciones no ha disuadido a Kim para detener su ambición de desarrollar su programa nuclear y balístico.
Citado el sábado por la agencia estatal KCNA, Kim dijo que su “meta final es establecer el equilibrio de fuerzas real con EU para que los gobernantes estadunidenses no osen seguir hablando de opción militar contra Corea del Norte”.