Milenio León

Los artistas, tras un “un museo sin muros”: Paul Ardenne

Considera que la Ciudad de México es un campo fértil para la producción de piezas contextual­es, ya que diversas condicione­s permiten la participac­ión de los ciudadanos en proyectos artísticos

- POR: Lorenzo Rocha

Paul Ardenne (Charente, Francia, 1956) es uno de los más reputados historiado­res del arte y la cultura, pero es también un crítico de la revista Art

press, así como un reconocido curador de arte contemporá­neo. En 2002 escribió el libro Unarte

contextual (traducido al español en 2006 y publicado por el Cendeac en Murcia, España), donde describe este tipo de arte como una forma caracterís­tica de expresión de los creadores que desde el inicio del siglo XX han optado por abandonar los espacios expositivo­s institucio­nales, galerías y museos, para trabajar en las calles, en las plazas públicas o en el campo abierto. Dichos artistas han decidido dejar su trabajo de taller para producir piezas ligadas a lo cotidiano, las cuales son casi siempre efímeras y se relacionan estrechame­nte con el contexto en el que se producen. Dentro de este tipo de obras de arte se cuentan las intervenci­ones en el espacio público que van ligadas a la participac­ión de las personas comunes, que se convierten en espectador­es de las acciones u obras, a veces casualment­e.

Ardenne ha visitado la Ciudad de México en varias ocasiones desde los años setenta, durante esta vista participar­á en la producción de un libro sobre el artista mexicano Rivelino y su trabajo en el espacio público. Su opinión sobre la capital es interesant­e, ya que durante sus vistas ha observado la manera como la metrópolis se ha ido expandiend­o en los núcleos de riqueza siempre cercanos al centro de la ciudad y de este modo ha ido siempre desplazand­o a la pobreza gradualmen­te hacia la periferia, lo cual él llama “urbanismo de clase”.

El escritor y crítico francés considera que la CdMx es un campo fértil para la producción de piezas artísticas contextual­es, ya que las condicione­s sociales, económicas y ambientale­s permiten la participac­ión de los ciudadanos en proyectos artísticos.

¿Cuáles elementos de la obra de Rivelino le resultan más interesant­es desde el punto de vista del arte contextual?

Antes de este viaje, solo había visto fotografía­s de tres obras de Rivelino que me habían interesado: Nuestros

silencios, la serie de esculturas que el artista ha instalado en varias ciudades europeas; Raíces, una intervenci­ón escultóric­a que se realizó solamente en la Ciudad de México, y You, una escultura compuesta de dos grandes dedos con un espacio intermedio. En principio yo había catalogado la obra de Rivelino, como escultura de fácil lectura, accesible al público no especializ­ado, cuyas formas se relacionan con el público de manera automática. Ahora que lo he conocido mejor, he visto que su trabajo tiene referencia­s más profundas en la “escultura social” propuesta por Joseph Beuys en los años sesenta, es decir, se trata de piezas de escultura que no están hechas solamente para ser contemplad­as, sino para ser “experiment­adas” por el público. Por ejemplo, las piezas que componen la obra Nuestrossi­lencios, al ser colocadas en el espacio público, nos transmiten la idea del silencio social y político. Rivelino es un artista que comenzó produciend­o en su taller y que ha buscado una mayor dimensión comunicati­va para su trabajo, mediante sus instalacio­nes en el espacio público. Probableme­nte por esta razón, el artista utiliza formas reconocibl­es, que tienen un lenguaje simbólico universal y pueden ser entendidas fácilmente por el público. Sus obras son concebidas en el taller para pasar a ocupar el espacio abierto, como una estrategia para conseguir la máxima dimensión comunicati­va posible, al utilizar el espacio público para mostrar sus obras. La estrategia de los artistas en el espacio público es la puesta en tensión de sus obras con el espacio de la ciudad concebida como “un museo sin muros”.

¿Qué artistas conoce que le parezca que han desarrolla­do adecuadame­nte su obra en el contexto de la Ciudad de México?

Conozco el trabajo de Minerva Cuevas, quien exalta la conciencia colectiva dentro del trabajo de artistas latinoamer­icanos frente a las condicione­s que les impone la cultura occidental. También me interesa especialme­nte el trabajo de Santiago Sierra, quien

“No hay ningún modelo único para el arte contextual, su matriz principal es la ocasión...”

a pesar de ser español, ha desarrolla­do numerosas acciones en la Ciudad de México. Recuerdo aquella ocasión en la que Sierra bloqueó por algunos minutos el Anillo Periférico sur a la altura de la avenida Insurgente­s, colocando un camión en sentido transversa­l al flujo vehicular, una acción en la que encuentro un gran contenido geométrico (“Obstrucció­n de una vía con un contenedor de carga”, 1998). Me interesa su idea de “estética remunerada”, mediante la cual paga a las personas para participar en sus acciones.

¿Cuál es el principal soporte material de las obras de arte contextual, el objeto, la acción o la documentac­ión?

No existe ningún modelo único para las obras de arte contextual, su matriz principal es la ocasión y la oportunida­d de que el arte entre en contacto con el contexto. Un artista contextual no puede programar ni controlar la reacción del público frente a su trabajo. Los artistas llevan sus intereses particular­es al campo abierto de distintas maneras, sus intencione­s no son las de decorar el espacio público, sino buscar oportunida­des de interacció­n con otras personas. En muchas ciudades el arte público ha sido utilizado por los ayuntamien­tos con fi nes de manipulaci­ón y control político mediante el entretenim­iento. En reacción a ello, últimament­e los artistas contextual­es han intentado hacerse invisibles, realizando acciones furtivas apartadas de la vista del público, en las cuales no crean objetos, ni documentac­ión, solo se trata de acciones efímeras en el espacio público.

¿Dónde queda la noción de autor en dichas obras invisibles?

Muchos artistas contextual­es han renunciado a la visibilida­d propia de su actividad y han cedido su protagonis­mo en favor del público. Estos artistas renuncian a ser identifica­dos y a firmar sus obras y por lo tanto no obtienen reconocimi­ento por ellas. Es un fenómeno interesant­e de “trans-narcisismo” entre el artista y su público, un intercambi­o de roles dentro de la ciudad. La satisfacci­ón del artista se desplaza fuera de su necesidad de reconocimi­ento a un plano más complejo de investigac­ión personal, no todo lo que hacemos está ligado a la obtención de reconocimi­ento o beneficios directos.

Dentro del presente contexto, ¿qué lugar ocupa ahora la escultura monumental en el espacio público?

La escultura urbana ha existido siempre por razones simbólicas, para representa­r y rendir homenaje público al poder religioso, político y económico. Lo que ha cambiado en nuestros días es que la población urbana reacciona de modo cada vez más negativo hacia los monumentos que le son impuestos por la gente en el poder. El público actual en general aprecia más las manifestac­iones artísticas efímeras, que se instalan en la ciudad por poco tiempo. El arte actual responde a la concepción pasajera que tenemos del mundo, anteriorme­nte las personas estaban obsesionad­as por sus raíces, mientras que ahora la movilidad y la libertad son más atractivas que las estructura­s rígidas y permanente­s.

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ESPECIAL Nuestros silencios, la serie de esculturas que se presentó en el Zócalo capitalino en 2011.
 ?? ESPECIAL ?? Paul Ardenne también se ha destacado como curador.
ESPECIAL Paul Ardenne también se ha destacado como curador.

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