NUESTRO SISTEMA DE PENSIONES ES PERFECTIBLE
El reto es mejorar los recursos que recibirán los trabajadores cuando se jubilen, que será de 35% de su último salario.
Creo que una de las grandes reformas estructurales que hemos visto en nuestro país, en los últimos 20 años, es el sistema de pensiones creado en 1997, mismo que actualmente coexiste con el sistema anterior reglamentado en la ley del IMSS de 1973, que poco a poco se irá terminando. El nuevo sistema, mejor conocido como el de las Afores ( Administradoras de Fondos para el Retiro), tiene enormes ventajas sobre el anterior, y alguna importante desventaja, que se debe remediar en el futuro. La ventaja más importante es que el nuevo sistema está realmente fondeado, o sea que el dinero existe y está depositado en forma individual en la cuenta de cada uno de los participantes en dicho sistema; estos fondos, que son de los trabajadores registrados en el IMSS, están manejados por administradores profesionales ( las Afores que, dicho sea de paso, han dado un rendimiento superior a 11% anual desde su inicio.
Los trabajadores podrán retirar estos fondos cuando alcancen la edad de retiro, conforme lo marca la ley; hasta aquí todo son ventajas, la desventaja es que el monto que recibirán los trabajadores -- que se denomina tasa de remplazo-- será de alrededor de 35% de su último sueldo. Por supuesto esto se tiene que modificar para que el porcentaje sea mucho mayor, y no veo otra solución que incrementar las aportaciones que hace tanto el gobierno como los patrones y los propios trabajadores, lo cual parece imposible cuando menos en los próximos dos años, debido a las dificultades económicas que atraviesa México, pero esto es algo que se tiene que mantener como objetivo para que el sistema se perfeccione y realmente sea un éxito.
Existen otras cosas que se tienen que mejorar, por ejemplo, darle a los trabajadores la seguridad de que el dinero es realmente de ellos y no es sujeto a ningún tipo de embargo o confiscación; me refiero a establecer un blindaje jurídico que le impida a algún mal gobernante la posibilidad de que a la gente le quiten o roben el dinero de su cuenta, como sucedió en Argentina. Se tiene que insistir y dar certeza de que los fondos son de los trabajadores, y ellos decidirán, libremente, quién se los puede manejar dentro de las estructuras establecidas.