LA OPCIÓN SUDAMERICANA
En 2016 México importó 4,304.7 mdd de maíz amarillo, soya y trigo de Estados Unidos, y si su presidente acaba con el TLCAN, Brasil y Argentina serían el plan B.
unque las exportaciones agrícolas de Brasil y Argentina hacia Estados Unidos son poco relevantes, el sector agroalimentario de ambos países sudamericanos sigue con atención las amenazas proteccionistas de Donald Trump. ¿La razón? Si el conflicto entre México y Estados Unidos (EU) terminara por escalar y el gobierno de Enrique Peña Nieto impusiera entre sus represalias el restablecimiento de aranceles a las importaciones de granos y productos agrícolas estadounidenses, a Brasil y Argentina se le abrirían las puertas de un mercado millonario. Solo las importaciones de maíz amarillo, soya y trigo provenientes de EU sumaron 4,304.7 millones de dólares (mdd) el año pasado.
Históricamente, México dio la espalda a los complejos agroalimentarios de Brasil y Argentina, ambos muy competitivos a nivel global. El motivo no tiene secretos: si bien los granos sudamericanos gozan de cupos que no pagan arancel para ingresar a México, los mayores costos del flete hacen que los productos importados desde EU tengan una ventaja competitiva imposible de descontar.
Esas diferencias se reflejan con claridad en el maíz amarillo. Los costos en origen son similares, pero mientras el costo de flete para un embarque desde EU asciende a 16 dólares por tonelada, el de Brasil alcanza a 24 dólares y el de Argentina, a 30 dólares, según un estudio de Grupo Consultor en Mercados Agrícolas (GCMA) con datos a fines de marzo pasado. Alrededor de 60% de los despachos estadounidenses de maíz y buena parte de los de soja se hacen por ferrocarril. Eso reduce los costos de transporte frente a los envíos que se hacen por barco desde Sudamérica.
Con eso, el precio del maíz importado de EU es de 196 dólares, por debajo de los 208 dólares de Brasil y los 211 dólares de Argentina. Esa brecha hace que casi la totalidad de las importaciones de maíz amarillo provenga de EU. El monto alcanzó el año pasado a 2,326.6 mdd, 10.3% más que en 2015, según la Secretaría de Economía de México. En cambio, la participación sudamericana en esas importaciones es marginal: de las casi 13 millones de toneladas compradas al exterior el año pasado, México adquirió apenas 97,000 toneladas desde Argentina y 54,400 desde Brasil.