¿CREE USTED QUE TRUMP MODIFICÓ SU OPINIÓN SOBRE EL TLCAN?
El presidente Donald Trump está lejos de ser un gran negociador, es un depredador que abusa de su posición.
Los comentarios de Trump vertidos los últimos días de la semana pasada en relación al Tratado de Libre Comercio de América del Norte ( TLCAN), desde mi punto de vista obedecen a una estrategia de presión del presidente norteamericano, para lograr ventajas a favor de su país en las negociaciones que seguramente se iniciarán. Primero amenaza filtrando información en el sentido de que “en los próximos días”, piensa mandar una orden ejecutiva para llevar a cabo la salida de TLCAN, lo que fue una exhibición de fuerza innecesaria ante sus socios de los últimos 23 años; con esto, lo único que buscaba era intimidar a sus contrapartes. Horas después dice que en una nueva reflexión y ante la petición de los gobiernos de México y Canadá, está dispuesto a entablar pláticas, pero que -por el momento- no cancelará el tratado; aunque si el acuerdo no le da a EU los beneficios que él espera, entonces revocará el multicitado convenio.
Yo espero que los acuerdos lleguen a buen puerto; sin embargo me parece que será muy difícil negociar con un individuo que de entrada no respeta a sus socios, quien además no tiene en su educación de negocios, el concepto de que una buena negociación es aquella donde todos los participantes ganan. Un tipo que antes de sentarse dice: “recuerden que primero soy yo ( America First)”, no es un gran negociador, es sencillamente un depredador que abusa desde su posición de fuerza, alguien sin principios y sin valores que ha sido muy hábil para hacer dinero tomando todas las ventajas; estoy seguro que no existe en su vocabulario la palabra ética, y que siendo el presidente de la nación más poderosa del mundo, debería de saber la responsabilidad que eso implica.
Donald Trump tratará de tomar todas las ventajas que pueda en el convenio de TLCAN, por supuesto su opinión sobre el tema es la misma hoy que la que mantuvo a lo largo de su campaña; lo único que lo podría llevar a moderar su postura es que funcionen los contrapesos que existen en la estructura política de su país, pero prefiero no ser optimista y ser cauto, porque además ya tiene que ganar algo después de 100 días de fracasos en prácticamente todos los temas que ha pretendido cambiar.
Leí en algún lado, la declaración de un alto funcionario mexicano que participó en el acuerdo original entre Canadá, EU y México que me pareció muy inteligente: “el peor escenario para México es aceptar una mala renegociación”.