Una cura veloz
El fondo que investiga la demencia recaudó 127 mdd para enfrentar padecimientos como el Alzheimer.
El fondo Dementia Discovery Fund (DDF), alianza que comenzó en octubre de 2015 entre el gobierno del Reino Unido y siete farmacéuticas internacionales, tiene como finalidad encontrar nuevos tratamientos contra el Alzheimer. La organización ha recaudado alrededor de 127 millones de dólares (mdd).
Ya invirtió en nueve startups que investigan nuevas formas para detener o revertir los complejos procesos biológicos que conducen a la demencia, de acuerdo con Kate Bingham, socia gerente de SV Life Sciences, firma que ganó el contrato para manejar el fondo.
El DDF es parte del legado de salud del ex primer ministro británico David Cameron, quien hizo del combate contra la demencia una prioridad en la reunión del G8 que presidió en 2013.
Los socios fundadores son el Departamento de Salud del Reino Unido, la organización benéfica Alzheimer’s Research UK, GlaxoSmithKline y otras seis farmacéuticas: cuatro con sede en Estados Unidos y dos en Japón.
Woodford Investment Management acordó invertir, en el proyecto, aproximadamente 19 mdd. Es la primera institución financiera que se compromete con la alianza. Bingham espera que otras se unan pronto.
La inversión total durante el periodo inicial de financiamiento de cinco años podría llegar a ser de casi 300 mdd. La expansión del fondo se produce en un momento en que el mundo necesita nuevos tratamientos contra la demencia que afecten el curso subyacente de la enfermedad. Lo mejor que pueden lograr los medicamentos actuales es un alivio leve y temporal de los síntomas.
La industria farmacéutica ya perdió miles de millones de dólares en el desarrollo fallido de medicamentos para tratar el Alzheimer, mientras que la tasa anual de mortalidad por la demencia se espera que se cuadruplique para 2040, de acuerdo con un estudio publicado el mes pasado.
Por su parte, la Organización Mundial de la Salud (OMS) adoptó, en mayo, un plan de acción internacional contra la demencia que fomentará de manera importante la investigación.
La estrategia científica del DDF es ir más allá de la “hipótesis amiloide” ¬la idea de que la enfermedad de Alzheimer es a causa de la acumulación en el cerebro de placas pegajosas de proteína beta-amiloide¬ que dominó el desarrollo farmacéutico durante décadas.
Tetsu Maruyama, ex director global de descubrimiento de medicamentos de Takeda de Japón y ahora jefe científico del DDF, dijo: “Dudo que en cualquier otra hipótesis en la ciencia se haya gastado tanto dinero con tan pocos resultados”.
El objetivo del DDF es ofrecer nuevos tratamientos para pacientes en un menor tiempo. Si los resultados de los primeros ensayos clínicos son prometedores, se podrán realizar ensayos más extensivos bajo un acuerdo de desarrollo comercial con un socio farmacéutico.
El objetivo es que el DDF invierta en alrededor de 40 proyectos o empresas durante 15 años con el objetivo de lograr llevar de tres a cinco medicamentos a las clínicas. Si sólo un medicamento tiene éxito para alterar la enfermedad del Alzheimer y llega al mercado, el retorno para los inversionistas será exitoso.
Al preguntarle a Bingham respecto de que si el DDF debe ser más como una empresa benéfica o financiera, dijo: “Ambas cosas, que sea filantrópico y que los inversionistas ganen dinero”.