CÓMO SE VE MÉXICO EN EL 2018
El año siguiente será muy difícil para nuestro país. Por ello, la única defensa será consolidar y fortalecer las finanzas públicas con recortes inteligentes.
A pesar de que apenas estamos a mediados de año, me atrevo a proyectar que la economía mexicana seguirá desarrollándose sin mayores contratiempos, en los próximos seis meses. Las principales variables económicas están razonablemente controladas, o como dicen los economistas, el balance de riesgos se ve mejor para el segundo semestre de lo que se veía para el primero; la percepción de la relación económica, y particularmente la comercial, con EU, es mucho mejor en julio de lo que era en enero. Las estimaciones de cierre del tipo de cambio para diciembre, hoy están alrededor de los 18.80 pesos, cuando en enero la proyección llegaba a los 21.50 pesos. La inflación parecía que iría al alza durante todo el año, y podría llegar al 6.5%; ahora pensamos que a partir de agosto o septiembre, empezará a ceder y podrá cerrar debajo de 6%.
Podríamos seguir comentando muchos otros renglones, pero el punto de mi reflexión está en que yo creo que este año ya la libramos porque creceremos a 2%, que no es una cifra para echar las campanas al vuelo, pero tampoco es mala dadas las circunstancias; las finanzas públicas tienden al equilibrio (contó mucho el dividendo que Banxico le pagó al gobierno federal), y además este año sí alcanzaremos un superávit fiscal, ligeramente mayor al programado en el presupuesto.
La incógnita importante es, ¿qué pasará el año próximo? Seguramente en el primer trimestre sabremos el resultado de las negociaciones del TLC y esto nos ayudará a analizar el año, pero hoy, la verdad es que esto es un tema abierto.
Otro evento difícil de predecir, es cómo afectará el proceso electoral tanto al ámbito económico como a los mercados; yo no creo que alguien esté en condiciones de hacer pronósticos concretos; a lo mejor muchos tienen supuestos que serían totalmente especulativos y estarían en función de quién va ganando en las encuestas, lo cual afectará la primera parte del año, y la segunda parte estará claramente influenciada por quien, al final, resulte ganador.
Por este gran evento político del cual seremos testigos, hoy es muy difícil, sino imposible, llegar a conclusiones que nos lleven a dilucidar cómo estará la economía el año entrante.
Pero a pesar de todo lo anterior, lo que sí sabemos, es que independientemente de los ruidos políticos, el 2018 para México será un año muy difícil; por lo cual la única defensa, es seguir tratando de consolidar y fortalecer las finanzas públicas con recortes inteligentes y una gran disciplina, así como austeridad en el gasto. No porque sea un año político, el gobierno debe de soltar el gasto; ¡eso sería un grave error, de muy malas consecuencias!