El terremoto, o la Fed
Los mercados mexicanos y el peso sufrieron un desbalance en la semana, y aunque suena poco probable, estuvieron más relacionados con la reunión del banco central de EU que con el terrible desastre natural.
Hubo un acontecimiento que no se pudo predecir adecuadamente por los mercados financieros… México sufrió el peor desastre natural en más de tres décadas, cuando un terremoto lo azotó la tarde del martes pasado, y la magnitud de los daños se volvió clara cuando amaneció el miércoles. La cobertura de Financial Times del terremoto resultó en comentarios furiosos que sugerían que le dimos poca cobertura, y no seria.
Esos comentarios me parecieron injustos. Personalmente, sin duda, le presté mucha atención al último temblor porque, como he mencionado en el pasado, cubrí México. Viví en una de las colonias más afectadas, y pasé gran parte de las últimas 24 horas localizando amigos en redes sociales. A nivel personal, me importa mucho.
A nivel económico, esto debería importar también. Todo el mundo sabe que hay un alto riesgo de que ocurran terremotos en la Ciudad de México (CDMX), pero esto cerró la capital, donde vive cerca de una cuarta parte de la población del país y que domina la economía mexicana. Esto puede cambiar las proyecciones económicas a corto y mediano plazo para la segunda mayor economía de América Latina.
Así que tenemos un caso de prueba. ¿Qué le importa más a los mercados mexicanos? ¿Un terrible acto de Dios en el corazón de México, o un ajuste previsto por un grupo de burócratas estadounidenses en Washington, DC? Porque el miércoles pasado fue la tan anticipada reunión del Comité Federal del Mercado Abierto (FOMC, por sus siglas en inglés), y por raro que parezca, pocas cosas ocurrieron. El mercado de divisas, que es el que más entiende, tuvo la mayor reacción con una fuerte recuperación del dólar, lo que implica que muchos quedaron expuestos después de la tendencia reciente a apostar contra el dólar. Los capitales apenas reaccionaron. Los rendimientos de los bonos subieron ligeramente.
Todo esto sugiere una modesta sorpresa de línea dura y va en sintonía con lo que la Fed anunció. Hay un consenso de que las tasas subirán una vez más en 2017, y otras más en 2018.
Regresando a los mercados en México, la sorpresa es que importaron más a los burócratas. El tipo de cambio entre el peso mexicano y el dólar se disparó, como lo muestra la gráfica 1. Un movimiento hacia abajo indica un peso más fuerte. Así que vemos que el peso se fortalece constantemente (sí, se fortalece) a medida que empiezan a surgir las terribles noticias de México. Y el anuncio del FOMC hace más que cancelar esto. El acontecimiento que parece el sismo en la gráfica es el anuncio del FOMC, no el terremoto.
Es fácil ver por qué muchos consideran que las acciones de los mercados (y las evaluaciones de los periodistas financieros) son insensibles. Por eso es importante ver el indicador principal de la Bolsa Mexicana de Valores (BMV), el IPC. En la gráfica 2 se ve el índice en los últimos 12 meses, en términos de pesos (su recuperación es más impresionante si se observa en dólares).
Las acciones mexicanas subieron ligeramente ante la noticia de la tragedia. El gasto necesario en infraestructura tal vez sea enorme, y Cemex, el campeón nacional de cemento, tuvo un buen día. (En la gráfica 3 se ve el precio de la acción en los últimos 5 días al jueves de la semana pasada).
De la misma manera como Janet Yellen puede ver a través del impacto transitorio de los huracanes que golpearon EU, los operadores de valores mexicanos pueden ver a través de los efectos de este desastre, y que cualquier pérdida en la producción económica en el corto plazo se compensará con un alza poco tiempo después. Las tragedias humanas no se traducen siempre en pérdidas financieras. Los mercados tienen sangre fría, lo que no siempre significa que a la gente que opera en ellos o los cubren en los medios, no le importen las tragedias humanas debajo de los escombros.
¿El mercado tiene razón en estar tan tranquilo con esto? Se puede argumentar que así es, por ahora, pero todavía hay razones importantes para vigilar estrechamente la situación. El terremoto de 1985 tuvo al menos un impacto tan grande en la política mexicana como el que tuvo el huracán Katrina de 2005 en la política del norte de la fron-
17.90 PESOS POR DÓLAR FUE EL MÁXIMO DE VENTA EL MIÉRCOLES 20 DE SEPTIEMBRE TRAS EL ANUNCIO DE LA FED, EL MARTES 19, DÍA DEL SISMO, EL MAYOR PRECIO DE VENTA FUE DE 17.79
tera. (Por cierto, noten que el gobierno de Trump evitó las críticas populares que sufrió el presidente George W. Bush, esto podría ser un importante “guardar silencio”). En México, hace 32 años, la gente estaba furiosa con lo que consideró fue una débil respuesta del gobierno del Partido Revolucionario Institucional (PRI), que en ese momento ya se encontraba en el poder de manera ininterrumpida durante más de 50 años.
Esa furia llevó a una división dentro del PRI, y a la candidatura de izquierda de Cuauhtémoc Cárdenas, hijo de uno de los presidentes priístas más queridos en la década de 1930. Tres años más tarde, parecía que había ganado las elecciones presidenciales, lo que obligó al PRI a una de sus interferencias más flagrantes en el proceso político a la fecha. Se dijo, en ese entonces, porque ahora se ha desmentido, que se cayó el sistema de conteo de los resultados nacionales. Cuando volvió a estar en línea, el PRI de una manera igual de misteriosa había recuperado la ventaja.
La legitimidad del sistema de un partido recibió un golpe del cual nunca se recuperó.
Ahora el PRI está de nuevo en el poder bajo el mandato del impopular Enrique Peña Nieto, y las próximas elecciones se realizarán en el mes de julio del 2018. El puntero, Andrés Manuel López Obrador, fue mi alcalde durante los cuatro años que viví en la ciudad. Es carismático, un populista muy hábil que se inclina mucho a la izquierda. También tiene la reputación de que dirigió muy bien la casi ingobernable Ciudad de México.
La historia de operación de rescate inició con esfuerzos en su mayoría espontáneos, coordinados en las redes sociales, pero pronto llegó el ejército y el presidente a dar mensajes a la sociedad. No está claro cómo va a surgir el gobierno de esto. Tal vez aparezca un nuevo movimiento, con los candidatos independientes que han levantado la mano, aunque tienen poco tiempo para organizarse. Pero en una situación febril, esto puede llevar a México a adoptar un gobierno con la ideología más de izquierda en 75 años. Las posibilidades de que un populista de izquierda y uno de derecha comiencen a intercambiar insultos uno al otro sobre una frontera que puede o no estar vigilada por un muro son reales. Valdría la pena pensar en eso.
Y como hay cosas más importantes que las finanzas y los mercados, todos debemos ahora pensar sobre cómo podríamos ayudar a la gente que sufrió por los trágicos acontecimientos que se desarrollan en este momento en México, Puerto Rico y en otras islas del Caribe.
7.1 FUE LA MAGNITUD DEL SISMO QUE GOLPEÓ A MÉXICO EL MARTES PASADO.