En busca del verdadero Macron
El libro The French Exception busca entender lo que cree el recién elegido presidente francés, un hombre que se define a sí mismo como “jupiteriano”.
En el verano de 2015, cuando fue ministro de Economía en el tambaleante gobierno de François Hollande, Emmanuel Macron concedió una entrevista a la revista Le 1. La discusión no se centró en la "Loi Macron" (Ley Macron), el polémico paquete de reformas liberalizadoras para el lado de la oferta de la economía francesa, que el joven político, entonces de 37 años, acababa de guiar a través de la Asamblea Nacional, sino más bien su interés por la filosofía.
Macron, quien escribió una tesis sobre Hegel y después trabajó como asistente del filósofo Paul Ricoeur, recordó que asistió a un seminario sobre Maquiavelo dirigido por Étienne Balibar. Este fue el momento, dijo, en que “abandonó la metafísica por la filosofía política”.
Llegó a ver las ideologías políticas como “construcciones intelectuales” que “clarifican lo real”. El problema, se quejó Macron, era que ninguno de los principales partidos políticos de Francia tenía una “base ideológica”, algo que podría sorprender a aquellos que aún lo descartan como un tecnócrata definitivamente sin ideología; un “agradable Giscard d'Estaing” (expresidente francés) como lo expresó el consultor político y empresario Alain Minc.
Adam Plowright, un periodista con sede en París, habla sobre esta reveladora entrevista en la introducción de The French Exception (La Ex
cepción Francesa), la primera biografía en inglés de Macron. Señala cómo el futuro presidente argumentó que hay una brecha o ausencia en el corazón de la democracia en Francia. Macron no solo habló del descontento generalizado con la clase política que se apoderó del país por lo menos durante dos décadas. Esto data desde la revolución de 1789.
El pueblo francés no quería matar al rey, dijo Macron. El Terror creó un “vacío emocional e imaginario” (“¡el rey ya no estaba allí!”) que, casi dos siglos más tarde, Charles de Gaulle trató de llenar cuando diseñó la Quinta República
Lo más sorprendente de los primeros meses del reinado de Macron (y uno usa esa palabra con conocimiento de causa) no es su agenda política (aunque esto empieza a tomar forma), sino su estilo".
para otorgarle a la oficina del presidente todos los poderes (y, lo más importante, toda la grandeza) de un “monarca republicano”. Desafortunadamente, a pesar de los esfuerzos de De Gaulle, la “normalización de la figura del presidente creó un lugar vacío en el centro de nuestra vida política”.
Pocos lectores no vieron el golpe al entonces jefe de Macron. Hollande, después de todo, hizo su campaña en 2012 con la promesa de que sería un “presidente normal” después de la vulgaridad y la hiperactividad de Nicolas Sarkozy y su estadía en el Palacio del Elíseo. Como señala Plowright, desde que reemplazó a Hollande en el “trono de la República”, Macron mostró todas las señales de “imitar el estilo real del que fue pionero De Gaulle con las que fusionó las tradiciones monárquicas y democráticas de Francia”.
Hay buenas razones para que Plowright comience el libro como lo hace, con una discusión de la concepción “gaullista” de la presidencia. Es cierto, como él sugiere, que lo más sorprendente de los primeros meses del reinado de Macron (y uno usa esa palabra con conocimiento de causa) no ha sido su agenda política (aunque esto empieza a tomar forma, tanto en el ámbito interno como en el escenario de los asuntos exteriores ) sino su estilo, que el propio presidente describe, sin rubor, como “jupiteriano”.
Sin embargo, a Plowright le interesa menos explorar las influencias intelectuales o políticas que le dieron forma a la comprensión de Macron del papel del presidente y de las instituciones de la Quinta República de manera general, que contar la historia de su “extraordinario ascenso y riesgo”, como dice el subtítulo. El resto del libro es un medio galope a través de una historia cuyos contornos generales son bastante conocidos, sobre todo gracias al propio libro de Macron,
Révolution, que se publicó antes de las elecciones. Desde las primeras señales la promesa en la escuela, seguimos a Macron a través de los invernaderos académicos de París y un interludio lucrativo como banquero en Rothschild hasta el momento en 2012 cuando consiguió un trabajo como asesor de Hollande, lo que llevó a su sorpresivo nombramiento como ministro de Economía dos años más tarde. Macron renunció a ese cargo en 2016, después de que formó una nueva agrupación política, En Marche, con lo que preparó el camino para un desenlace que pocos pudieron predecir: la victoria en las elecciones presidenciales de mayo.
Plowright informa que cuando Macron se unió por primera vez al equipo de Hollande, se le llegó a conocer como “el extraterrestre” debido a su brillantez intelectual. Pero a pesar de su llamativa atención al detalle, The French
Exception no logra traer a la tierra al presidente “jupiteriano” y resolver el misterio de qué es lo que realmente cree.