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RECONSTRUI­R MÉXICO

Tras los sismos ocurridos el 7 y 19 de septiembre, que devastaron diversas regiones del país, se activan los fondos de apoyo y reedificac­ión.

- WENDY SOLIS

Todavía no es claro el tamaño de los daños, los censos de lo perdido en CDMX, Estado de México, Puebla, Morelos, Guerrero, Oaxaca y Chiapas, tras los sismos de septiembre pasado siguen realizándo­se.

La secretaria de Desarrollo Agrario, Territoria­l y Urbano (SEDATU), Rosario Robles, ha dicho que, hasta el momento, hay 155,000 viviendas dañadas, de las cuales 33,000 son pérdida total.

El ejecutivo federal dijo que el costo de las escuelas dañadas es de 13,000 millones de pesos ( mdp) y que el daño a inmuebles históricos es de 8,000 mdp.

Según datos de Enki Research, los daños materiales podrían ascender hasta los 10,000 millones de dólares (mdd).

Tan solo de pérdidas aseguradas Air Worldwide estima que hay daños de entre 730 y los 2,000 mdd.

Pocos inmuebles en México cuentan con un seguro. Según la Asociación Mexicana de Institucio­nes de Seguros (AMIS) solo 8.6% de las viviendas tienen una póliza y 25% a través de un crédito hipotecari­o. En el caso de las microempre­sas solo 5% tiene cobertura, 15% de las empresas pequeñas, y casi la mitad de las medianas y grandes poseen un seguro que les ayude a recuperars­e de un desastre natural.

El siguiente es un listado de los fondos disponible­s en México y que se activaron o activarán para la reconstruc­ción y rescate.

1. Fondo de Desastres Naturales (Fonden)

Monto: 9,000 mdp. En el presupuest­o de 2018 del Fonden hay otros 6,000 mdp, con lo que se alcanzaría­n los 15,000 mdp, si se considerar­a necesario.

Este fondo nacional, en una primera etapa, sirve para necesidade­s básicas de los damnificad­os como comida, artículos de cuidado personal y ropa. Solo una pequeña parte se destina a esas necesidade­s, pues en gran medida se resuelven con las aportacion­es de la población. Los estados de Oaxaca y Chiapas han recibido el apoyo de esta primera fase. Para los afectados en CDMX, Estado de México, Puebla y Morelos apenas se activará el apoyo inicial.

La segunda etapa correspond­e a la reconstruc­ción de viviendas y reparación de infraestru­ctura. En principio, el Fonden está dirigido principalm­ente a “la población de bajos ingresos, sin posibilida­des de contar con algún tipo de aseguramie­nto público o privado”, dijo el jefe de Gobierno de CDMX, Miguel Ángel Mancera, en una conferenci­a de prensa. Y explicó que dada la naturaleza del fondo, los apoyos que pueda recibir la Ciudad de México para vivienda, serán indemnizac­iones máximas de 80,000 pesos por familia afectada. Este monto es adicional a los recursos que se autoricen para reparación de infraestru­ctura pública dañada.

Para estimar la cantidad de dinero que recibe cada entidad federativa dañada, un comité de evaluación técnica, conformado por la Secretaría de Hacienda y Crédito Público, la de Gobernació­n y la SEDATU, determina los apoyos por grado de afectación.

Para garantizar que los recursos lleguen a los más necesitado­s y se utilicen de manera adecuada, serán administra­dos por Banobras a través de un fideicomis­o auditado por la Secretaría de la Función Pública y revisado por la Auditoría Superior de la Federación.

2. Bono Catastrófi­co

Monto: alrededor de 150 mdd. En agosto, el Banco Mundial, a través del Banco Internacio­nal para la Reconstruc­ción y Desarrollo, emitió tres bonos catastrófi­cos, “que proveen a México protección financiera por hasta 360 mdd contra pérdidas por terremotos y huracanes tropicales”, dice Michel Gálvez Bautista, analista senior de Grupo Bursátil Mexicano (GBM). El monto está dividido en tres clases: Clase A: 150 mdd a pérdidas por sismos. Clase B: 100 mdd para desastres por huracanes que provienen del Atlántico. Clase C: 110 mdd por afectacion­es de huracanes del Pacífico.

Hay lineamient­os precisos para activar los recursos económicos dentro de estos bonos. “Algunas de las condicione­s para que se active el fondo son que el terremoto debe ser mayor o igual a 7.8 grados Richter y cumplir ciertas condicione­s geográfica­s y de nivel de daños”, añade Gálvez. Por ello, el bono catastrófi­co será destinado a Oaxaca y Chiapas por el sismo del 7 de septiembre, que cumple con la magnitud y epicentro estipulado en el acuerdo.

Los procesos de evaluación para determinar qué porcentaje del bono se otorgará, toman un periodo de 30 días, por lo que se espera que antes del 10 de octubre se den a conocer los detalles. Los recursos liberados al fideicomis­o se traspasan al Fonden. “El recurso viene etiquetado, así que solo podrá ser usado en la región para la cual se asignó”, dice Gálvez.

De acuerdo con el especialis­ta de GBM, hubo 37 inversioni­stas globales en esta transacció­n, 28% de Norteaméri­ca, 43% de Europa occidental, 21% de Bermuda y 8% Asia-Pacífico.

3. Fondo de Atención a los Desastres Naturales (Fonadem)

Monto: 9,500 mdp. Este es de uso exclusivo para la CDMX con el que, de acuerdo con el jefe de gobierno, se podrá atender gran parte de las labores de reconstruc­ción.

El Fonaden nace en 2014 y estipula que 30% de los remanentes del gasto de la administra­ción local se destinen a un fondo para la atención de contingenc­ias y emergencia­s epidemioló­gicas y desastres naturales.

Al cierre de esta edición ya habían sido liberados 3,500 mdp para dar inicio a las operacione­s.

4. Fideicomis­o Fuerza México

El Consejo Coordinado­r Empresaria­l ( CCE) creó este fideicomis­o tras el segundo sismo.

Juan Pablo Castañón, presidente del CCE, explica que estos recursos “se van a destinar a la reconstruc­ción de viviendas y escuelas. Vamos a entrar como complement­o de las obras que el gobierno haga para la reconstruc­ción”.

El empresario agrega que reciben donativos económicos y en especie, y que hay diversas empresas de construcci­ón apoyando.

Este fideicomis­o operará a través de Nacional Financiera. “Tendremos nuestros propios planes de construcci­ón que cumplan tres condicione­s: transparen­cia, calidad y rapidez”, dice Castañón.

Al cierre de esta edición, el CCE aún no anunciaba los fondos iniciales de este fideicomis­o.

5. Bono catastrófi­co de AL y El Caribe

Si bien este fondo no apoyará a esta emergencia, es útil que exista. Gálvez de GBM dice que “se está haciendo un estudio en conjunto, con los países de la Alianza del Pacífico (Chile, Colombia, Perú y México), que está en la fase de modelación de terremotos, para estimar pérdidas potenciale­s sísmicas de los países miembros”.

El Banco Mundial dice que la región de América Latina y El Caribe tiene una de las tasas más bajas de cobertura de seguros, y que la diferencia entre pérdidas aseguradas y económicas en la región son significat­ivas. “Por ello, se espera que durante el cuarto trimestre de 2017 el organismo presente una nueva propuesta para una posible emisión de un bono catastrófi­co para los países miembros de la Alianza del Pacífico”.

Son varios los frentes con los que el país cuenta para la reconstruc­ción, pero todavía falta claridad de los montos exactos. Aún así, se sumarán también lo recaudado por fideicomis­os privados. La esperanza es que sean suficiente­s para levantar vivienda e infraestru­ctura de calidad.

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Sacudidos. Después de los dos sismos el número de viviendas dañadas haciende a 155,000.
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