POR QUÉ UN PESO FUERTE
A aprovechar el momento porque, salvo que se firme un nuevo TLCAN y AMLO se caiga en las encuestas, se va a terminar.
A mucha gente le sorprende que el peso se haya fortalecido en las últimas semanas, a pesar de que la incertidumbre sobre algunos temas importantes persiste. Solo para recordar, diríamos que aún está pendiente el resultado de la renegociación del Tratado de Libre Comercio de América del Norte (TLCAN), el efecto de la pérdida de competitividad en las empresas establecidas en México frente a la baja tan importante de impuestos en Estados Unidos ( EU) que trajo su reforma fiscal y, por mucho, el resultado de la contienda electoral que tendrá lugar en nuestro país. Que no quede duda, esto tendrá un impacto enorme en la perspectiva económica y de mercados para México —para bien o para mal— según sea el resultado.
Pues bien. A pesar de que estos temas no están resueltos, nuestra moneda ha mejorado su valor frente al dólar. La semana pasada estuvo sobre los 18.50 pesos por dólar y en ocasiones tocó el 18.43. Las razones son varias. En primer lugar, ha mejorado la percepción de que México logrará una renegociación razonable del TLCAN, y la gente piensa que hoy hay más posibilidades de que se firme.
En segundo lugar, está el hecho de que el dólar ha perdido valor conforme a las principales monedas del mundo, como el euro y el yen. De estas dos causas, la primera me parece la más importante, pero reconozco que la segunda también ha tenido cierta repercusión.
La debilidad del dólar no es lógica cuando la economía estadounidense está en pleno crecimiento y esto provocará que las tasas de interés se eleven, haciendo más atractiva la inversión en dólares ( de lo que ahora ya es una realidad).
La tasa de referencia en EU es de 2.25%, y con seguridad en marzo estará un cuarto de punto arriba en tanto que la tasa de referencia de la Zona Euro es cero y en Japón es -0.1%.
Hoy se debería de estar dando un flujo de capitales hacia el dólar por parte de Europa y Japón para aprovechar el arbitraje, y esto no está ocurriendo, principalmente por el miedo al enorme crecimiento de los déficits estadounidenses y el desproporcionado crecimiento que ese país tendrá a mediano plazo por la reforma fiscal recién aprobada, así como por el desorden —ya de años— que tienen sus finanzas públicas.
Un dólar muy débil no es buena noticia para nadie, ni siquiera para Europa y Japón, y tampoco para México.
Coyunturalmente, disfrutemos esta transitoria fortaleza del peso; pero desafortunadamente no creo que se pueda mantener en estos niveles por mucho tiempo, salvo que sucediera algo que hoy no vemos