Un empresario puntocom
Marcos Galperín, de Mercado Libre, conversa sobre el auge de las ventas en línea en AL y de su segundo paso: el crédito.
Marcos Galperín no es un hombre vengativo. Aún así, el empresario está contento. En 1999 fundó Mercado Libre, la respuesta latinoamericana a eBay.
Después de perder su empleo en la empresa estatal argentina de energía YPF, hoy Mercado Libre es la compañía más grande de ese país en términos de capitalización, superando a la propia estatal YPF.
“Todo lo que hice no sirvió de nada”, bromea al referirse a su primer trabajo que consistía en diseñar operaciones complejas para YPF en el área de finanzas corporativas hasta que pasó a manos de la española Repsol en 1999.
Gracias, en parte, a sus conocimientos en finanzas que perfeccionó en YPF, el sitio de compras con sede en Buenos Aires se convirtió en una de las pocas startups de tecnología en la región que sobrevivieron al final de la burbuja de las puntocom en 2000.
Ahora, con un valor de 11,600 millones de dólares (mdd), en términos de capitalización de mercado — casi el doble que hace dos años—, Mercado Libre se convirtió en un nombre familiar en toda América Latina, y en el líder indiscutible del comercio electrónico.
En junio, la compañía entró en la lista de las 100 empresas más grandes del Nasdaq, reemplazando a Yahoo. “Eso es simbólico”, dice este hombre de 46 años que, en 2017, apareció por primera vez en la lista de los más ricos que elabora la revista Forbes, con una fortuna calculada en 1,300 mdd.
Para ser justos, Galperín apenas se relaja. Mercado Libre genera sus ingresos mediante el cobro de cargos por publicación de artículos y ventas, publicidad en línea y comisiones que provienen de su propio sistema de pagos. La compañía calcula que, al finalizar 2017, conectó a 55 millones de diferentes compradores y vendedores de cualquier cosa desde computadoras hasta autos. Esa cifra se compara con los 38 millones del año anterior.
Galperín ahora incursiona en el sector bancario. Cerca de la mitad de los 650 millones de habitantes en la región no tienen cuenta bancaria. “Democratizamos el comercio, ahora queremos democratizar el dinero”, asegura y empieza a desaparecer la humildad.
Sin embargo, se resiste ante la sugerencia de que se propone ser disruptivo en el sector bancario. “No, no, no” protesta. “No competimos con los bancos, más bien nos dirigimos a 50% de la gente, la que no tiene cuenta, o cuyas necesidades no están siendo satisfechas”.
Galperín afirma que la posición de Mercado Libre es única para hacer eso, lo que le permite a sus clientes recibir préstamos con solo hacer dos clics, antes de que llegue su propio monedero digital.
La compañía tiene gran riqueza de datos sobre sus usuarios, desde su reputación entre otros compradores y vendedores hasta cuánto tiempo les lleva pagar. Por esa razón se puede recurrir a la inteligencia artificial para hacer los análisis crediticios y evitar el fraude.
Argentina ofrece una serie de oportunidades muy particulares. Galperín comenta, por ejemplo, que el país se ubica entre Uganda y Tanzania en la clasificación global de la relación del crédito en proporción al Producto Interno Bruto. Por lo tanto, aunque Mercado Libre otorgue préstamos por 5,000 mdd en la próxima década — en menos de un año dio créditos por un valor de alrededor de 100 mdd a pequeñas empresas que utilizan su plataforma de ventas— seguiría siendo “irrelevante” en el mercado latinoamericano de crédito.
Incluso, aunque Mercado Libre no tenga la intención de ser disruptiva, ya se enfrenta a la competencia de otros que sí lo son. En octubre, cuando Amazon anunció que ampliaba su presencia en Brasil, el precio de las acciones de Mercado Libre cayó más de 10% (aunque desde entonces se recuperó). Galperín señaló con total tranquilidad: “Durante los últimos 18 años nuestra única constante ha sido la competencia”.
En cualquier caso, hay espacio para ambas compañías, afirma y menciona que el crecimiento interanual de Mercado Libre es cercano a 50%. “Nunca habíamos crecido tanto como ahora”. Él cree que hay lugar para que el comercio electrónico se expanda. Dice que en México, Mercado Libre tiene un crecimiento de tres dígitos gracias a los nuevos incentivos que brinda la compañía, como la entrega gratuita, los programas de fidelidad y las devoluciones sin cargo.
“Las tendencias son tan positivas para el comercio electrónico y los pagos electrónicos, que el crecimiento depende de las nuevas iniciativas”, agrega.
El año pasado, Galperín regresó a Argentina después de vivir 14 años al otro lado del Río de la Plata, en Montevideo.
Ahora es lo suficientemente optimista como para decir que, si tal como se prevé, el Congreso argentino aprueba una nueva ley de mercados de capitales, está pensando en hacer una oferta pública inicial de acciones en el mercado bursátil de su país.
“Definitivamente no lo hacemos para obtener más liquidez”, explica para después señalar que cada día en Estados Unidos, las acciones de Mercado Libre operan entre tres y cuatro veces más que toda la bolsa de valores de Buenos Aires.
Galperín ahora incursiona en el sector bancario. Cerca de la mitad de los 650 millones de habitantes en la región no tienen cuenta bancaria”.