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El futuro del mercado laboral es incierto, pero hay dos áreas que permitirán enfrentarse a él: las habilidades STEM y la inteligencia emocional.
Los avances tecnológicos son un guiño al futuro laboral, y la educación es una de las únicas vías para seguirle el paso a los cambios que están por venir. Bajo las tensiones del clima político, los aspirantes a la presidencia de México han hecho hincapié en el combate a la corrupción, la impunidad y la inseguridad. En materia educativa, los candidatos — que encabezan las preferencias en las encuestas— han hecho contribuciones un tanto escasas. Respecto a la Reforma Educativa, Andrés Manuel López Obrador está en desacuerdo y con intenciones de echarla para atrás junto con la evaluación obligatoria a los maestros.
Por su parte, Ricardo Anaya dice estar a favor de la Reforma Educativa, aunque considera que hay cosas que deben revisarse porque son perfectibles, como la capacitación a los maestros para poder ser evaluados. En el caso de Jose Antonio Meade la Refoma Educativa es necesaria y debe ponerse en marcha.
Más allá de las posiciones políticas sobre el futuro de la educación en México, sí hay un consenso y es que los planes educativos deben de apuntar a las necesidades laborales del mañana.
Máquinas por hombres
Para muchos, las máquinas desplazarán al ser humano de sus puestos de trabajo. Un ejemplo que sostiene este supuesto es el robot de la agencia de noticias The Associated Press (AP), el cual puede generar historias cortas en un periodo reducido de tiempo; de hecho, el robot puede producir 4,400 historias por cada 300 que hace un periodista, de acuerdo con la agencia de comunicación internacional. Por otro lado, Richard Eisenberg, editor de
Money and Work Channels for NextAvenue.org, afirma que el humano no dejará de ser necesario, y coincide con James Manyika, presidente y director general de McKinsey Global Institute, quien dice que la tecnología no hará que haya menos trabajo, pero sí que este sea distinto.
En países como Estados Unidos (EU), la automatización y robotización de las industrias han sido el principal factor de la pérdida de empleos. Según Fred Economic Data, EU ahora produce 85% más bienes de los que fabricaba en 1987, pero con un tercio menos de la planta laboral. Aunque la tecnología ha sido señalada como la culpable, el problema de fondo es que a esa población no se le ha capacitado para insertarse en una producción automatizada.
Verónica Baz, directora de Profesionistas. org.mx, escribe en Milenio “que la falta de habilidades adecuadas tendrá un precio cada vez más alto” porque 40% de los empleos en México son automatizables. Para Baz el proceso de automatización derivará en la necesidad de desarrollar habilidades que las máquinas y robots no pueden llevar a cabo, tales como liderazgo, trabajo en equipo y poder de negociación, generación de ideas y toma de decisiones.
En una entrevista sobre este tema, el director de la Universidad del Valle de México (UVM), Luis Durán, dijo que “debemos enfocarnos más en crear escenarios de aprendizaje prác-
tico y en desarrollar habilidades así como ofrecer espacios para la reflexión crítica”.
Además habría que considerar los estudios realizados por Robert D. Atkinson y John Wu, de la Fundación de Tecnología de la Información e Innovación, donde afirman que solo 10% de los trabajos de las 702 ocupaciones están en riesgo debido a la automatización.
El reto
Frente a un panorama laboral poco claro, ¿cómo educar a las siguientes generaciones? Hay dos áreas del conocimiento que no son centrales en los planes de estudio actuales y que serán necesarios para que en un futuro, los niños puedan integrarse al ámbito laboral, según datos de estudios como The future is Emotional de Aeon y The Future of Jobs and Jobs Training del Pew Research Center. Estas son: ciencia, tecnología, ingeniería y matemáticas, conocidas por sus siglas en inglés como habilidades STEM y la inteligencia emocional, que implica autoconocimiento, autoestima y seguridad. Hoy en día, muchas actividades extracurriculares se enfocan en estas áreas. Son tan necesarias, que las nuevas propuestas del plan académico de la Secretaría de Educación Pública (SEP) también contemplan el desarrollo de habilidades socioemocionales y mecanismos de aprendizaje sustentables que integran a las nuevas tecnologías para las futuras empresas.
Mark Solms, doctor en psicoanálisis y fundador de la Asociación de Neuropsicoanálisis, ha dedicado su investigación a estudiar la mente y el rol que juegan las emociones. Para él, las emociones no son lo irracional, sino el reflejo del estado del mundo interno de cada persona y terminan siendo el primer filtro a través del cual percibimos la realidad que nos rodea.
Si se quieren niños líderes, dice Henry Doss, uno de los directores de Rainforest Strategies, firma dedicada a la innovación en estrategias y liderazgo, estos deben tener cinco habilidades: la herramienta del lenguaje; liderazgo y lo que el fracaso implica en esto; la importancia de la autenticidad en el trabajo y del autoconocimiento; amplitud, tener la capacidad de cubrir temas en los que no se está especializado; y resiliencia o adaptación al cambio constante.
Tiempo extra
Muchos de los niños que hoy están en preescolar y primaria ocuparán puestos que aún no existen, además de que “en promedio, para 2020, más de un tercio de los conjuntos básicos de habilidades deseadas por la mayoría de las ocupaciones estarán formadas por habilidades que aún no se consideran cruciales para el trabajo actual”, establece un estudio sobre el futuro laboral del World Economic Forum.
El análisis predice las condiciones del mercado y las capacidades y habilidades que se necesitarán para participar en él. Dentro de estas, las más populares para el año 2020 serán las cognitivas, que incluyen creatividad y razonamiento matemático, y las sociales, que consideran a la inteligencia emocional y coordinación de otros. Mientras que, las habilidades físicas, se estima que tendrán solo 4% de cotización en el mercado laboral.
En México, las actividades extracurriculares responden de forma específica al fomento de estas habilidades del futuro. Cursos como los que ofrecen RoboKids, I. D. R, Intelkids o Troonic unas de las muchas escuelas de robóticas son evidencia de que el sector privado comienza a invertir tiempo y dinero en las nuevas generaciones. Estas iniciativas fomentan habilidades como la creatividad, la resolución de problemas complejos y el pensamiento matemático a través de la programación el diseño y la creación de diferentes robots.
En cuanto a la inteligencia emocional, hay proyectos que ofrecen servicios para atender esta área, como es el caso de Switch, una iniciativa que ofrece cursos y espacios extracurriculares para que desde una edad temprana los niños trabajen y desarrollen sus emociones. Hay organizaciones en el mundo, como El Arte de Vivir, que imparten programas en diversos países, incluido México, para que adolescentes desarrollen la autoconfianza, puedan articular el diálogo y, también, manejen sus emociones.
El futuro tan solo se asoma y la tecnología modificará nuestros estilos de vida. Según María Teresa Arnal, la directora de Google México, 70% de los trabajos estarán relacionados con las habilidades STEM, mientras que, como dice Marc Brackett, director del Centro de Inteligencia Emocional de la Universidad de Yale, la educación emocional es fundamental para impulsar y mejorar al aprendizaje, a las relaciones humanas, la capacidad de tomar decisiones, la salud de cada individuo y hasta la creatividad. Estas dos áreas parecen ser una buena apuesta para las generaciones del futuro y aunque en México la tendencia apenas inicie, ya empieza a transformar los centros educativos tanto privados, como la visión educativa del Estado.
“La falta de habilidades adecuadas tendrá un precio cada vez más alto”.
Verónica Baz, directora de profesionistas.org.mx