A LA CARGA
El sistema financiero mexicano está capitalizado y tiene liquidez, pero para demostrarlo debe enfrentar a las fintech y los ataques cibernéticos.
La banca mexicana está lista para enfrentar escenarios adversos que se pudieran presentar este año, dice Sirenia Vázquez, economista senior de BBVA Bancomer, quien destaca que su mayor arma está en los altos índices de capitalización y liquidez que registra, incluso superiores a los estándares internacionales.
Sin embargo, no es un sector exento de retos y temas por definir para consolidar su crecimiento. Además de la inclusión financiera, el sistema enfrenta una desaceleración del crédito, un repunte moderado en la morosidad de la cartera enfocada al consumo, riesgos cibernéticos y el llamado fenómeno fintech.
Estos y otros temas serán analizados durante la próxima Convención Bancaria. Se trata de la edición número 81, la cual, como cada año, se llevará a cabo en Acapulco, Guerrero, el 8 y 9 de marzo.
De acuerdo con Vázquez, el Índice de Capitalización de la banca se ubicó en un nivel promedio de 15.4% en 2017, una cifra superior al porcentaje mínimo de 10.5% que establece la regulación en México.
Además, destaca, el sistema bancario es uno de los mejor capitalizados del mundo, con un Coeficiente de Cobertura de Liquidez que permite a los bancos tener recursos suficientes para enfrentar periodos de estrés.
Una desaceleración latente
Los fundamentales sólidos del sistema bancario fueron básicos para enfrentar la desaceleración que se registró en el crédito durante el año pasado, la cual se podría prolongar en 2018, sobre todo, en los primeros seis meses del año.
Según cifras de la Comisión Nacional Bancaria y de Valores (CNBV), la cartera total de la banca, que en febrero sumó a la institución número 50 con el inicio del Banco S3 (Grupo Santander), creció 9.4% hasta diciembre pasado, cuando un año antes había aumentado 12.9%.
En lo que se refiere al financiamiento enfocado al consumo ( tarjetas y créditos de nómina, personales y automotrices), la cartera se incrementó 8.5%; un año antes, 12.4%.
“En 2017, el menor ritmo de crecimiento de la actividad económica, el incremento en las tasas de interés y la pérdida de poder de compra de los hogares tuvieron un impacto menos favorable sobre la evolución del crédito y la captación que en años anteriores”, comenta Carlos Serrano, economista en jefe de BBVA Bancomer.
De acuerdo con la calificadora Moody’s, el deterioro que registró la confianza del consumidor en México durante el primer mes del año es un factor negativo para la banca en México, principalmente, para algunos gigantes del sector, como BBVA Bancomer y Citibanamex.
Según cifras del Inegi, el Índice de Confianza del Consumidor (ICC) registró una disminución de 3.1% en enero de forma mensual, algo que no se veía en los últimos 12 meses.
“Creemos que el continuo deterioro de la confianza del consumidor mexicano está relacionado con las negociaciones del Tratado de Libre Comercio de América del Norte ( TLCAN), en medio de la actual inflación y el aumento de las tasas de interés, junto con
la incertidumbre antes de las elecciones de julio”, señala la agencia financiera internacional.
Cabe recordar que este lunes 5 de marzo concluye la Séptima Ronda de renegociaciones del TLCAN, la cual es decisiva para el futuro del acuerdo comercial.
Por otra parte, en 2017, la inflación arrojó su mayor tasa en más de 16 años ( 6.77%), y aunque se espera una tendencia descendente, no se prevé que cierre 2018 dentro del objetivo del Banco de México, de entre 2 y 4 %, además de que se esperan más alzas en la tasa de interés de referencia, la cual se ubica en la actualidad en 7.5%.
Repunta la morosidad
El Consejo Nacional de Evaluación de la Política de Desarrollo Social ( Coneval) dio a conocer que el poder adquisitivo del ingreso laboral per cápita de los mexicanos cayó 2.5% entre el último trimestre de 2016 e igual periodo de 2017, ante una mayor inflación.
Este fenómeno obligó a la población a cambiar varios hábitos de consumo, entre ellos retrasar sus pagos en tarjetas de crédito y otros préstamos, lo cual se reflejó en el aumento de impagos a los bancos.
Según el Índice de Morosidad (Imor), el impago en la cartera de consumo repuntó de 4.22% en diciembre de 2016 a 4.51% en igual mes de 2017, aunque instituciones como BanCoppel alcanzaron niveles superiores a 18%.
En su interior, el Imor de las tarjetas de crédito pasó de 4.93 a 5.32%, mientras que la de créditos personales, de 5.23 a 6.14%.
Cuando se analiza la llamada Tasa de Deterioro Ajustada, un indicador que muestra el nivel de cartera vencida, más las quitas y castigos que los bancos realizan para limpiar su balance financiero, la cartera de consumo afectada llega a 13.42%.
En mayo pasado, Moody’s advirtió de riesgos por un deterioro de la calidad de los activos de la banca, en línea con un entorno de alza de tasas de interés, inflación relativamente alta y débil crecimiento económico, situación que — dijo— pesaría sobre el ingreso disponible y la capacidad de pago de los deudores.
Los avances y los retos
Hace un año, en la Convención Bancaria 80, se dio a conocer que las autoridades mexicanas lanzarían una iniciativa de ley con la finalidad de regular a las empresas financieras de base tecnológica, las llamadas fintech, las cuales llegaron a ser consideradas como una importante amenaza para la banca.
En días pasados, la Comisión de Hacienda y Crédito Público de la Cámara de Diputados aprobó la minuta del Senado que expide la Ley para Regular las Instituciones de Tecnología Financiera.
Esta normatividad está conformada por 145 artículos, divididos en siete capítulos, que busca poner en orden el funcionamiento de estas empresas y, sobre todo, hacer compatible su operación con el resto del sistema financiero mexicano, “por lo cual su aprobación es un punto en favor de la banca”, considera Jesús Sánchez, investigador de la UNAM.
Según el reporte FinTech 2016, de la consultora PricewaterhouseCoopers ( PwC), las entidades financieras tradicionales ( bancos, compañías de seguros, agencias de valores, gestoras de activos y brokers) consideran que este movimiento pondría en riesgo 23% de su negocio actual en los próximos cinco años.
Según PwC, 63% de los encuestados considera que las fintech están generando un fenómeno disruptivo, no solo por la pérdida de participación en el mercado del sector financiero tradicional, sino por una baja en la rentabilidad y menores márgenes de ganancias.
“De ahí que se llegue a una buena regulación donde convivan ambos esquemas: el tradicional y el tecnológico”, dice Arciniega.
Otro tema ligado a la tecnología es la ciberseguridad, un fenómeno que no ha sido nada fácil para la banca.
“El delito cibernético se ha convertido en un verdadero dolor de cabeza para el sector bancario”, comenta Héctor Grisi, presidente ejecutivo y director general del Grupo Financiero Santander México.
De acuerdo con la CNBV, este fenómeno costó 150 millones de pesos ( mdp) al sistema financiero, principalmente a los bancos, en los últimos tres años.
El riesgo de los delitos cibernéticos es una percepción generalizada entre los empresarios. Según la encuesta 21 CEO Survey de PwC, hace un año, a 24% de los ejecutivos en el mundo le preocupaba las amenazas cibernéticas; en la edición 2018 la proporción subió a 40%, pasando del lugar 10 al 4 en el ranking de las mayores amenazas para la economía.
México tiene una banca robusta, capaz de enfrentar desafíos internacionales o la incertidumbre ligada a la renegociación del TLCAN y las elecciones de julio, aunque con retos claros por delante, entre ellos una mayor inclusión financiera, pues 637 de los municipios del país siguen sin cobertura de servicios financieros, según los Mapas de Interactivos sobre Inclusión Financiera.