La debacle
Los más recientes aranceles impuestos por el presidente de EU, Donald Trump, allanan el camino para que la OMC empiece a agonizar.
La decisión de Donald Trump de imponer aranceles a las importaciones de acero y aluminio una vez más provocó el temor respecto de nuevas guerras comerciales las cuales llevarán a una muerte prematura a la Organización Mundial del Comercio ( OMC).
Los mercados que al principio se tambalearon al recibir la noticia, ya se recuperaron. Pero sería una equivocación pensar en que este es el final del asunto. ¿Por qué?
1. Los expertos no exageran cuando dicen que el orden del comercio mundial está, en definitiva, bajo amenaza.
La OMC ha logrado que su caída sea aún un tema irrelevante debido a que se ha convertido en un organismo inactivo para las negociaciones globales. Pero no se toma en cuenta el éxito que tuvo cuando se creó en la década de 1990. Puede decirse que la OMC hizo un buen trabajo para mantener la paz. Sin embargo, todavía los conflictos comerciales tienen lugar, en su mayoría, en sus tribunales en lugar de las guerras arancelarias de ojo por ojo.
Con su acción unilateral, Trump claramente está cambiando eso. Al imponer aranceles a las importaciones de acero y aluminio bajo los poderes de la guerra fría, que permiten a los presidentes hacerlo en nombre de la seguridad nacional, pone a prueba una de las lagunas más sacrosantas de la OMC.
El artículo 21 del Acuerdo General sobre Aranceles Aduaneros y Comercio establece una excepción para que los miembros de la OMC levanten las barreras comerciales en tiempos de guerra. Pero casi nunca ha sido invocado. Y Ted Alden, del Consejo de Relacio- nes Exteriores de Estados Unidos (EU), argumenta que al hacerlo, Trump efectivamente mató a la OMC al establecer un escenario de perder-perder para los jueces.
El fallo a favor de la justificación de seguridad nacional de Trump abrió la puerta a la libertad de todos los demás países. Un fallo en contra de Trump y, si todavía es presidente cuando se emita, puede optar por ignorarlo o incluso sacar a EU de la OMC, una institución por la que ha expresado desprecio.
La Unión Europea (UE), Japón y otras naciones dejaron en claro que están listas para acudir a la OMC e impugnar la justificación de seguridad nacional de Trump, a la que consideran falaz. Pero la OMC opera en cámara lenta. Eso significa que el drama no va a ocurrir de inmediato. Es probable que sea hasta 2019 antes de que cualquier panel de la OMC de un fallo inicial, y 2020 antes de que se pueda decidir una apelación.
2. Esto se trata de política estadounidense y la opinión que tiene Trump sobre la política no cambia.
Trump desde hace mucho tiempo es proteccionista. Sus llamados para que EU haga más para proteger a sus propias industrias de la competencia extranjera se remontan a muchos años atrás.
Los republicanos en el Congreso rápidamente saltaron sobre los aranceles y se opusieron a ellos al calificarlos de una locura económica, e incluso amenazando con anularlos.
Trump tiene la vista puesta en las elecciones intermedias y en su propia reelección para 2020. Su mayor promesa económica, en 2016, fue regresar los empleos de fabricación de cuello azul a las comunidades del “Rust Belt”, la franja industrial de EU. Cualquier día que no lo vean hacer eso, es una jornada en la que es vulnerable a los ataques de los demócratas deseosos de reclamar lo que ven como su base obrera.
Así que abróchense el cinturón. La política por sí sola probablemente genere más acciones sobre el comercio.
3. La doctrina de negociación de Trump se trata solo de teatro y fuerza.
Al eximir a Canadá y a México de los aranceles, el presidente de EU tranquilizó a los dos vecinos más cercanos de ese país, que son la fuente de la cuarta parte de todas las importaciones de acero a EU. Sin embargo, al solo prometer considerar levantar los aranceles para otros aliados, Trump estableció un proceso, que desde su punto de vista, le da una ventaja adicional sobre aquellos países cuyas industrias nacionales piden exenciones.
Trump ya da señales de que cree que puede utilizar los aranceles sobre el acero para obtener concesiones en la UE. Amenazó con imponer más aranceles a las exportaciones de automóviles del bloque si la UE decide tomar represalias contra productos estadounidenses políticamente sensibles como el bourbon de Kentucky, las motocicletas y el maíz.
También parece que cree que puede utilizar a los aranceles del acero y la posibilidad de una exención para asegurar un compromiso de gastar más en defensa de otros miembros de la OTAN, otro tormento.
Existe el riesgo real de que Trump cree que tiene más influencia de la que realmente tiene. Los republicanos en el Congreso y la comunidad empresarial de EU se oponen rotundamente a sus aranceles.