EL VIRUS DEL MALESTAR
El tipo de cambio sí pega a las exportaciones.
Si bien la actividad exportadora de la industria farmacéutica mexicana se mantiene con un dinámico metabolismo, hay un factor que podría convertirse en un mal por algún tiempo: la volatilidad cambiaria.
La turbulencia financiera registrada a principios de febrero, más las renegociaciones comerciales del TLCAN, han provocado una marcada fluctuación de la moneda mexicana frente a la estadounidense, lo cual, de acuerdo con Óscar Zavala Martínez, presidente de la Unión Nacional Interdisciplinaria de Farmacias, Clínicas y Consultorios (Unifacc), ya se ha reflejado en el aumento de precios en las consultas médicas y las medicinas.
“Si los insumos médicos para una cirugía suben de precio, necesariamente se refleja en los consultorios y en los quirófanos y eso ha ocurrido recientemente. De diciembre a la fecha nosotros hemos observado esos aumentos hasta de 15%”, precisa Zavala.
La volatilidad cambiaria afecta a las farmacéuticas desde dos ángulos, explica Ignacio García Téllez, director del Sector Salud en la consultora KPMG México. “La estructura financiera y la cadena de suministro”.
Un dólar caro afecta a las empresas que tienen deudas y compras de insumos contratadas con esa divisa. Para la cadena de suministro en general es delicado también, pues trastorna desde la disponibilidad de la materia prima hasta los costos de traslado.
Ahora bien, la volatilidad cambiaria también puede verse influida por elementos de la macroeconomía mundial. “De ahí que es importante que las empresas se blinden en ambos rubros, pues la relación peso- dólar puede convertirse en vulnerabilidad”, concluye García.