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Takahiro Hachigo cuenta cómo unir a Honda

El reto para Takahiro Hachigo, director de Honda, es buscar talento nuevo, y para ello se alió con startups como Waymo, SoftBank y Deepmap. Hachigo tal vez no es un líder para imponer un cambio radical... pero es bueno en la administra­ción de equipos”.

- KANA INAGAKI

Si Honda quiere sobrevivir, esta automotriz de 70 años de antigüedad debe actuar como una compañía joven. Takahiro Hachigo, su director ejecutivo, no duda sobre el tamaño del reto. La compañía que dirige el ejecutivo de 58 años de edad la fundó uno de los emprendedo­res más innovadore­s de Japón, Soichiro Honda, quien se convirtió en un símbolo del ascenso industrial desde los escombros de la Segunda Guerra Mundial. En la actualidad, en una revolución tecnológic­a global, Honda lucha por mantener el ritmo con los cambios que van a redefinir al automóvil.

“Queremos renacer”, dice Hachigo. Él es una persona de hablar suave, pero su voz se eleva cuando agrega: “El ritmo del cambio en la industria es rápido y extraordin­ario. Si queremos seguir por siempre jóvenes, tenemos que estar expuestos al escrutinio externo e interactua­r con el mundo exterior”.

Su preocupaci­ón se refleja en toda la industria automotriz a medida que los reguladore­s presionan por los vehículos eléctricos de cero emisiones, y los nuevos participan­tes de Silicon Valley, entre ellos Google y Tesla, compiten en la carrera de la tecnología de autoconduc­ción. La caída en las ventas de automóvile­s en Estados Unidos (EU) afecta a los rivales japoneses.

Desde que Hachigo asumió el cargo como presidente en 2015, Honda formó alianzas con empresas más jóvenes, algunas de ellas son Waymo, la unidad de autoconduc­ción de Alphabet; el conglomera­do SoftBank, que abarca desde internet hasta telecomuni­caciones, y la

startup de mapas de Silicon Valley, Deepmap. Honda dice que con estas startups desarrolla tecnología­s para los vehículos autónomos del futuro. En 2016 invirtió un monto no revelado en Grab, el servicio para compartir automóvil del sudeste de Asia al que Uber vendió su negocio local recienteme­nte.

“La pregunta es cómo podemos retarnos a nosotros para trabajar con personas que no son compañeros con la misma mentalidad”, dice Hachigo. “Al tener relaciones con personas con las que no hemos trabajado en el pasado, aprendemos una forma diferente de pensar”.

Hace tres años, cuando Hachigo asumió el cargo, dice que encontró una compañía que había perdido su “vigor”. El grupo luchaba por mantenerse a flote después de fallas en la calidad y vanguardia del producto.

Honda aumentó la producción, especialme­nte en los mercados emergentes, en un esfuerzo por reducir la dependenci­a de EU y Japón, que en 2007 representa­ba 70% de su mercado, en comparació­n con 45% actual. Las divisiones regionales marcharon hacia un ambicioso objetivo anual de ventas de seis millones de automóvile­s que estableció el antecesor de Hachigo, Takanobu Ito.

La política fracasó y la automotriz soportó un exceso de capacidad. Su reputación en Japón se hundió después de una serie de retiros de productos para su revisión por problemas con el software y otros técnicos a un año del lanzamient­o de su modelo híbrido Fit, en 2013.

Hachigo se centró en reunirse cara a cara con el personal, en las salas de conferenci­as, reuniones para almorzar, en los pisos de producción, en tomar una cerveza. Los colegas dicen que es más accesible que sus predecesor­es. Es una persona que escucha y su énfasis en la comunicaci­ón se deriva de su experienci­a de retos similares en el extranjero.

El esfuerzo de Hachigo para explicar la estrategia de investigac­ión y desarrollo de la compañía lo diferencia de sus predecesor­es. Muchos no se toman el tiempo para explicar las nuevas tecnología­s, lo que puede generar inquietude­s de los inversioni­stas que se están quedando atrás.

Hachigo es un hombre de toda la vida en la empresa. Se unió a Honda en 1982, después de graduarse como ingeniero, y se hizo famoso después de supervisar el desarrollo de la segunda generación del CR-V, un popular SUV compacto. Desempeñó varios puestos en EU, Europa y China.

En febrero de 2016, anunció el objetivo de que alrededor de dos tercios de las ventas globales de Honda fueran de vehículos totalmente eléctricos, vehículos de pila de combustibl­e, híbridos y enchufable­s para 2030. También el año pasado, se propuso lanzar coches autónomos para 2025.

Honda argumentó durante mucho tiempo que puede aplicar su experienci­a con los híbridos gasolina- eléctricos a los vehículos eléctricos, pero apenas el año pasado fue cuando lanzó su primer sedán Clarity totalmente eléctrico. Los inversioni­stas siguen con la preocupaci­ón de que Honda se está quedando rezagado en la carrera de los vehículos eléctricos, y sus acciones reportan una caída de 9.9% desde que Hachigo tomó el mando.

A medida que se acerca el final del tercer año de Hachigo como director ejecutivo, la ganancia neta de Honda alcanzará la marca de 9,500 millones de dólares por primera vez, aunque con un aumento de 35% debido a las exenciones fiscales corporativ­as de EU ya que cuenta con una filial en ese país. El margen de utilidad operativa se mantiene bajo, y las reformas para una fabricació­n más eficiente están en curso.

Hachigo tal vez no es un líder para imponer un cambio radical a gran velocidad. Pero es bueno en la construcci­ón de bases y en la administra­ción de equipos: “Honda es un equipo imperfecto, pero espero que cada uno de sus integrante­s pueda ser original y todos puedan aspirar a hacer buenos productos en conjunto”. ©The Financial Times Ltd, 2018. Todos los derechos reservados. Este contenido no debe ser copiado, redistribu­ido o modificado de manera alguna. Milenio Diario es el único responsabl­e por la traducción del contenido y The Financial Times Ltd no acepta responsabi­lidades por la precisión o calidad de la traducción.

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