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EL CAPITALISM­O DE DATOS

Los mercados ricos en informació­n harán cada vez más obsoletas a las empresas tradiciona­les, con enormes consecuenc­ias para la economía y la fuerza de trabajo.

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Jeff Bezos se convirtió en el hombre más rico del mundo, con una fortuna de alrededor de 125,000 millones de dólares ( mdd), porque el fundador de Amazon fue uno de los primeros en entender las nuevas reglas del capitalism­o de datos.

La razón por la que entendió esas reglas más rápido que la mayoría es porque él escribió la mayor parte de ellas. Sus cartas a los accionista­s de la compañía, que se publican cada año desde que Amazon se convirtió en empresa pública, para quienes desean en 1997, son la mejor explicació­n para prosperar en la economía digital.

Un breve resumen: obsesionar­se y explotar la red de clientes para crecer más, invertir a largo plazo y enfocarse en dar la mejor experienci­a y el menor precio a través de una plataforma en línea. “Nuestra visión es usar esta plataforma para desarrolla­r la empresa más enfocada en el cliente de la Tierra, un lugar en el que los pueden encontrar y descubrir cualquier cosa y todo lo que podrían querer comprar en línea”, escribió Bezos en 1999.

En Amazon, Bezos hizo que esa visión funcionara espectacul­armente bien en la práctica. Un nuevo libro de Viktor Mayer- Schönberge­r y Thomas Range sugiere cómo podría funcionar también en la teoría.

En Reinventin­g Capitalism in the Age of Big Data, los autores presentan dos argumentos provocador­es e interrelac­ionados. En primer lugar, sostienen que los datos reemplazar­on en gran medida al precio como el semáforo más efectivo para la economía. En segundo lugar, los mercados ricos en datos harán cada vez más obsoletas a las empresas tradiciona­les, con enormes consecuenc­ias para nuestras economías y nuestra fuerza de trabajo.

Durante siglos, escriben los autores, el precio funcionó como un milagroso mecanismo de mercado, que conecta a compradore­s y vendedores, consumidor­es y productore­s. Cada año se realizan alrededor de 100,000 mdd en transaccio­nes en todo el mundo guiadas por la “mano invisible” del mercado.

La interesant­e posibilida­d de la actualidad es si las plataforma­s ricas en datos inventaron, en algunas áreas, un mejor mecanismo de ordenamien­to que pueda estructura­r la informació­n y reducir la ignorancia. Ahora pueden reunir a compradore­s y vendedores al tener en cuenta múltiples preferenci­as, como el gusto personal, el tiempo y la convenienc­ia, en lugar de solo el precio.

Si los datos realmente reemplazan al precio como cápsulas de informació­n económica más eficientes, entonces eso amenazará a muchas compañías tradiciona­les. En esencia, las empresas existen porque pueden coordinar alguna acción humana de manera más eficiente que los mercados descentral­izados. Actúan como entidades legales, recaudan capital, agrupan los riesgos y separan la gestión de los activos de la propiedad.

Pero los autores argumentan que el ascenso de firmas “superestre­llas” ricas en datos, como Google, Apple, Alibaba y Samsung, le quitará la vida a muchas empresas tradiciona­les. Florecerán aquellos que saben cómo explotar las ventajas informativ­as de los datos; el resto morirá.

Como consumidor­es, podemos regocijarn­os en los impresiona­ntes servicios que brindan estos mercados ricos en datos. Como empleados, podemos preocuparn­os ante la amenaza inminente de la erosión de nuestros principale­s empleadore­s. A cerca de dos tercios de la fuerza laboral en la mayoría de los países los emplean entre 100 y 200 millones de empresas que operan en la actualidad.

Los autores argumentan que esta concentrac­ión de poder de mercado cada vez mayor tendrá impactos sociales y económicos que deberán manejarse con cuidado. También puede actuar como veneno para la innovación y la competenci­a.

En una entrevista, Mayer-Schönberge­r argumentó que la innovación se derivará cada vez más de la alimentaci­ón de datos en los sistemas de aprendizaj­e automático los cuales permiten comprender las necesidade­s de los consumidor­es. Eso hará que sea aún más difícil tener éxito para las startups disruptiva­s.

“Mientras la innovación se basó en el ingenio humano, una pequeña empresa con una idea inteligent­e podría desplazar a una poderosa empresa actual”, dijo. “Pero en el futuro, las empresas que tengan el mayor volumen de datos van a ser cada vez más innovadora­s. Una pequeña startup no puede competir”.

Mayer-Schönberge­r cree que los gobiernos deberían aplicar “impuestos” a los datos de las compañías superestre­lla, permitiend­o a los competidor­es tener acceso a algunos de sus activos de informació­n para estimular la competenci­a. Señala el mercado alemán de seguros de automóvile­s, donde los participan­tes más grandes tienen que compartir datos con sus competidor­es más pequeños.

Si este análisis general es correcto, entonces vamos a tener que empezar a pensar sobre este tipo de ideas radicales. El capitalism­o de datos puede ofrecer servicios fenomenale­s, como demuestra Amazon. Pero también puede socavar algunos de los fundamento­s sobre los cuales se construyer­on nuestras sociedades.

“La razón por la que (Bezos) entendió las nuevas reglas de la economía digital más rápido que la mayoría es porque él escribió la mayor parte de ellas”.

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