EL ESTATISMO ES UNA ABERRACIÓN ECONÓMICA
Imitar gobiernos como el de Luis Echeverría y José López Portillo, es ir en sentido contrario a la realidad.
Desde finales del siglo pasado y lo que va de este, la realidad nos ha demostrado que los países que han adoptado políticas estatistas han fracasado. Prueba de ello es la Unión de Repúblicas Socialistas Soviéticas (URSS) que fue un gran fallo económico, y ahora en este siglo el mejor ejemplo es Venezuela.
México tuvo su dosis de estatismo en las administraciones de Luis Echeverría y José López Portillo. Los doce años de ambas administraciones son conocidos como “la docena trágica“, debido al daño que le hicieron a la economía mexicana. Tomó algo así como 20 años el corregir las distorsiones que provocaron esas políticas equivocadas y, ahora, resulta que el candidato que encabeza las encuestas para las próximas elecciones, pretende imponer ese modelo fracasado e inoperante.
El estatismo pretende imprimir crecimiento en la economía, adueñándose de una buena parte de los bienes productivos que deben de estar en manos del sector privado; para lograr su cometido, lo primero que hacen es congelar precios de sectores claves (como lo acaba de anunciar Andrés Manuel López Obrador en relación con los energéticos), medida totalmente populista que lo que ocasiona son pérdidas para los productores, quiebra de empresas y, en muchos casos, desabasto. Después el Estado se adueña de esas empresas, y en su funcionamiento diario, lo único que provoca son enormes quebrantos que tienen que ser cubiertos con recursos públicos.
Además, los estatistas, para hacer frente a sus compromisos, se endeudan en forma irresponsable hasta que la burbuja explota. Eso le pasó a Luis Echeverría y a López Portillo, quienes llevaron al país a la quiebra, y después de mucho relumbrón, al final lo que dejaron fue pobreza y atraso. Pues bien, ese es el modelo básico de López Obrador.
Cuando la gente no puede aprender de los errores del pasado, cae en la tentación de repetirlos porque su soberbia le dice que son capaces de triunfar donde otros fracasaron.
Estatizar nuestra economía es un error, así como también lo es el tratar de regresar al modelo del desarrollo estabilizador.
Uno de los pilares de ese desarrollo estabilizador fue el programa de sustitución de importaciones, para lo cual se cerró la economía creando una industria poco competitiva y estructuras oligopólicas nada recomendables. El modelo sirvió por un corto tiempo a un México muy distinto del de ahora y en un mundo radicalmente diferente.
La estrategia que mejor nos ha resultado es contar con una economía abierta que nos ha permitido convertirnos en una potencia exportadora, y lo que pretende AMLO va en sentido contrario.