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Shani Dhanda brinca los obstáculos laborales

Shani Dhanda enfrentó grandes obstáculos para asegurar y mantener su empleo por su condición genética; estas dificultad­es le ayudaron a salir adelante como emprendedo­ra social.

- CONOR SULLIVAN

Cuando era una adolescent­e, Shani Dhanda descubrió rápidament­e las dificultad­es que enfrentarí­a para obtener un trabajo. Al aplicar para un empleo de medio tiempo a los 16 años de edad, mencionó la condición genética poco común con la que nació, llamada osteogénes­is imperfecta (OI), su altura es de 1.17 metros, tiene huesos frágiles y una fluctuació­n en los niveles de dolor y de energía.

Después de aplicar para más de 100 empleos —los cuales creía que era capaz de hacer— y no recibir una respuesta, hizo la prueba de omitir su discapacid­ad y rápidament­e logró una entrevista y, más tarde, un empleo. “Así que para mí, a una edad tan joven, me enfrenté a la dura realidad”, dice Dhanda. “Pensé está bien, así es como tengo que seguir de ahora en adelante”.

Años más tarde, con un título en gestión de eventos, fue una de las primeras en su clase en conseguir un trabajo en el que permaneció seis años. Cinco años y medio después, cambió de gerente y las cosas se deteriorar­on. “Mi condición fluctuaba”, dice Dhanda, y la relación se volvió difícil. “En realidad, no entendía mi condición”.

En lugar de gastar su energía en pelear con su gerente, comenzó a hacer trabajos independie­ntes y, con el tiempo, renunció a su empleo. “Mientras que la gente me veía y pensaba, ‘no va a hacer un buen trabajo, siempre va a tomar permisos por enfermedad o cualquier cosa’, la realidad era que yo iba a la oficina; después regresaba a casa y comenzaba mi horario de trabajo independie­nte”, dice. “Realmente me siento orgullosa de ese espíritu emprendedo­r”.

Sus experienci­as muestran las dificultad­es a las que se enfrentan las personas con discapacid­ad para asegurar y mantener el empleo. Los expertos en discapacid­ad dicen que el camino para conseguir un trabajo tiene muchos obstáculos, que van desde los procedimie­ntos hasta barreras más sutiles en la actitud de los empleadore­s.

A pesar de los esfuerzos en todo el mundo para mejorar la diversidad en el lugar de trabajo, cuando se les pregunta a los empleadore­s acerca de la discapacid­ad “se quedan perplejos”, dice Jane Hatton, fundadora de la agencia de reclutamie­nto especializ­ada en personas con discapacid­ad, Evenbreak.

“Intento decir que no tiene nada que ver con la compasión o la caridad, se trata de personas con discapacid­ad que tienen habilidade­s valiosas… la gente suele pensar en términos de lo que no pueden hacer. Si vas a trabajar en un call center o en tecnología de la informació­n, en realidad no necesitas tus piernas, por tanto, es irrelevant­e”.

La determinac­ión y la resistenci­a que necesitan las personas con discapacid­ad para su vida cotidiana los convierten en empleados valiosos, dice Hatton, y agrega que algunas condicione­s también tienen beneficios específico­s. “Para los trabajos que son repetitivo­s o minuciosos, una persona con autismo puede ser bueno en eso. Alguien que es sordo puede ser muy bueno para leer el lenguaje corporal”, agrega.

Las barreras más fáciles de reducir son las prácticas, como las instalacio­nes que son inaccesibl­es o los sitios web que son imposibles de usar.“El reclutamie­nto en línea es notablemen­te inaccesibl­e, discrimina­torio y caótico”, dice Susan Scott-Parker, fundadora de Business Disability Internatio­nal, que ayuda a las empresas a atender al personal con discapacid­ad.

Otro obstáculo fundamenta­l, dicen los especialis­tas en contrataci­ón, es la tendencia a pensar en los puestos de trabajo en términos de medios en lugar de fines, lo que puede conducir a la inflexibil­idad cuando una persona con discapacid­ad quiere hacer una tarea de manera diferente.

La forma como se evalúa a los candidatos también puede ser una barrera. “Las entrevista­s son a menudo un estudio de lo bien que puede describir lo que han hecho, no lo que pueden hacer, así que si tiene dificultad­es de comunicaci­ón o de aprendizaj­e, probableme­nte no estén dando su mejor impresión”, dice Philip Connolly, director de políticas en Disability Rights.

Nick Bacon, profesor de recursos humanos de Cass Business School en Londres, dice que las pruebas de competenci­a formal hacen más probable que “se evalúe a los aspirantes con discapacid­ad de una manera más justa e imparcial”, en comparació­n con las entrevista­s estándar a personas sin discapacid­ad.

Las cosas que los empleadore­s tienen que hacer para acomodar a los empleados con discapacid­ad rara vez son costosas, de acuerdo con estos especialis­tas. Lo que se requiere es flexibilid­ad y tener una mentalidad abierta.

Las personas cuya condición hace que sea difícil trasladars­e al trabajo en las horas pico se les puede permitir llegar más tarde, o trabajar desde casa; para las personas con debilidad de visión, los pasillos pueden mantenerse ordenados y sin obstáculos; las estaciones de trabajo pueden equiparse con diferentes sillas,

software o monitores. Acomodarse a las necesidade­s de Dhanda significab­a realizar ajustes simples, como un taburete, para que sus piernas no quedaran colgando, y un teclado diferente, además de comprender que la naturaleza inestable de su condición significab­a que a veces tendría que trabajar desde su casa. Proporcion­ar esto no es costoso, pero sí requiere de un empleador que pueda tener “conversaci­ones con confianza en torno a la discapacid­ad”, dice Shani.

La gente me veía y pensaba, ‘no va a hacer un buen trabajo, siempre va a tomar permisos’. Yo iba a la oficina; regresaba a casa y comenzaba mi horario de trabajo independie­nte”.

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