“México se mantiene estable”, Fernando Montes de Oca, CEO de HR Ratings
HR Ratings es la primera calificadora en Latinoamérica y la décima en ser reconocida por la US Securities and Exchange Commission ( SEC) para evaluar a los gobiernos. El año pasado, la agencia modificó de negativa a estable la perspectiva para México por el buen desempeño de las finanzas públicas de la actual administración. ¿Cual es su percepción de México?
México tiene una calificación de “A-” con perspectiva a estable, esto es con información de agosto de 2017, pero la calificación está a punto de revisarse y actualizarse. Cuando nosotros empezamos a calificar a México, hace siete años, lo comparábamos con países petroleros. Sin embargo, cuando empiezas a ver el declive del precio del petróleo, como empresa calificadora, tienes que ir mezclando otro tipo de elementos externos que afectan a la economía mexicana. El país atrae mucha inversión extranjera en términos de automotrices, de autopartes, en distintos elementos, por lo que el perfil cambia. El petróleo sigue siendo importante, pero cuando ya lo ves en términos netos es menos relevante que el sector manufacturero o automotriz. En ese momento es cuando realmente empiezas a observar cómo la economía girar y como los elementos que antes no figuraban, hoy son importantes porque tienen mucho menor volatilidad. Hablando de un precio commodity contra los ingresos potenciales, le da mucho más estabilidad a la economía de México.
¿Cómo vio HR Rating el resultado del proceso electoral?
Si bien fue una elección un poco atípica, si se esperaba que ganara Andrés Manuel López Obrador (AMLO), pero no con tanta influencia al ganar las dos Cámaras. Es algo distinto de lo que se esperaba, pero al final el tipo de cambio y la estructura gubernamental se mantiene.
¿Había certidumbre en el mercado por las elecciones?
En realidad no estaba claro qué es lo que se esperaba; sin embargo, después de las elecciones y las reuniones que siguieron con asesores y los futuros representantes económicos, existió mucha tranquilidad en los mercados debido a que hubo mucha transparencia.
Finalmente es un nuevo presidente, un nuevo gabinete y gobierno que van intentar hacer algunas modificaciones que no se van a ver en el primer día, ya que tienen un presupuesto y una política fiscal que se van a probar en diciembre y se estará aplicando en todo 2019.
¿Cómo ven el período de transición?
Es un periodo demasiado largo, pero para 2024, la transición se va a reducir considerablemente de cinco a tres meses.
Nosotros cerramos mayo con un incremento en los números de transacciones de casi 70% en el mercado de deuda público. Para el tercer trimestre, que abarcan julio y agosto, consideramos que los movimientos fueron un poco lento, no solo por las elecciones, sino también por las vacaciones y la Copa del Mundo.
Pero esperamos que el mercado se vuelva acelerar a partir del cuarto trimestre, porque al final lo que nosotros platicamos con nuestros clientes es que las necesidades de financiamiento existen.
Un ejemplo es que las empresa grandes empezaron a tomar precauciones ante el proceso electoral y empezaron a financiarse desde el año pasado para reducir la incertidumbre y que no pudiera afectar en sus costos de fondeo. Por eso, lo que apreciamos es que nuestros clientes ya se habían previsto y cubierto para no tener un impacto negativo en sus números de resultados.
Durante el proceso electoral se generó mucha incertidumbre sobre si México sería como Venezuela. ¿Por qué no lo será?
México tiene instituciones sólidas, un congreso que funciona bastante bien, un Banxico autónomo y fuerte, hay bancas de desarrollo con mucha oportunidad de crecimiento, que funcionan con muy buenos niveles de capitalización. El país ha aprendido de sus anteriores errores, lo que le da mucho más certidumbre a la economía mexicana.