DEMASIADOS RUMORES SOBRE EL TLCAN
México está dispuesto a firmar un acuerdo, aunque este no sea ni remotamente tan favorable como el que hoy tenemos.
Después de un año de empezar a negociar el Tratado de Libre Comercio de América del Norte (TLCAN), seguimos sin tener la certeza de que vamos a poder firmar un nuevo tratado con Estados Unidos (EU) y Canadá.
Al día de hoy, tenemos información no oficial de que las cosas van por buen camino, que México aceptó que las Reglas de Origen subieran de 62.5% de contenido Regional a 70%, pero que se diera un plazo para poder cumplirla.
Sobre esto, no he leído nada que lo confirme, pero lo que sí es preocupante es la noticia del viernes sobre que EU quiere agregar al Tratado una cláusula que le permita cobrar un arancel de 25% a las exportaciones de vehículos mexicanos en plantas nuevas que no cumplan con las reglas, cerrando la puerta a que los armadores “fuera del tratado”, puedan exportar con solo un impuesto de 2.5%, acogiéndose a la cláusula de nación más favorecida que se establece en la Organización Mundial de Comercio.
Pero, insisto, no hay confirmación oficial. También trascendió en algunos medios que alguien del equipo del presidente electo había querido sacar del tratado el capítulo energético y que esto había enfurecido a Lighthizer, negociador en Jefe de la Delegación de EU. También son solo rumores. Por último, a mucha gente le llama la atención que los canadienses no hayan aparecido aún en escena.
Tengo la impresión de que ya está muy apretado el tiempo para llegar a un acuerdo este año (ojalá me equivoque). Pero sí creo que México está dispuesto a firmar un acuerdo, aunque este no sea ni remotamente tan favorable como el que hoy tenemos. El sentimiento de que eso, firmar algo medianamente bueno, es mejor que no tener nada, está ganando adeptos.
Estos 12 meses deben haber sido una pesadilla para el equipo negociador mexicano y francamente el trabajo realizado ha sido magnífico, porque es muy difícil “negociar” con gente que lo único que quiere es imponer sus condiciones, abusando de su posición de fuerza.
México debe prepararse para una convivencia con EU, que si bien nunca ha sido fácil, en las condiciones actuales se antoja mucho más difícil. El nuevo gobierno tendrá que estar muy bien preparado para afrontar el reto que nuestra relación con EU presenta. Empezar a diversificar nuestro comercio y buscar socios distintos de los estadounidenses deberá ser prioritario.