PRUDENCIA, SEÑORES
Los funcionarios tienen que medir sus comentarios para no tener consecuencias.
Llevamos una temporada donde los mercados financieros nacionales han tenido una inestabilidad más aguda de lo normal; las causas son diversas, unas de origen externo y otras por temas locales.
Después del triunfo de Andrés Manuel López Obrador y más tarde la firma del acuerdo comercial con Estados Unidos, los mercados financieros en México empezaron a dar signos de tranquilidad, toda vez que la incertidumbre que provocaron se había resuelto; es más, me atrevo a decir que se sentía un ambiente de optimismo.
Sin embargo, las cosas se empezaron a complicar por las declaraciones de algunos personajes que ocuparán puestos claves en la nueva administración; comentarios como los de la próxima secretaria de Energía alrededor de la estrategia a seguir, simplemente no gustaron. Así mismo, los comunicados por parte de Congreso recién establecido, fueron bastante desafortunados e incomodaron a los inversionistas; como el del diputado —que no recuerdo su nombre— que proponía echar mano de las Reservas Internacionales de Banxico para financiar los programas sociales.
De cualquier forma, el ambiente era razonablemente bueno, hasta que la calificadora Fitch cambió de neutral a negativa la perspectiva de la deuda de Pemex; este anuncio impactó negativamente a nuestra moneda de forma inmediata, después vino la decisión de cancelar el Nuevo Aeropuerto, afectando negativamente el valor de nuestra moneda, que llegó a cotizar hasta en 20.47 pesos por dólar.
Pero lo peor no fue eso, lo que más daño causó fue la baja del precio de los Bonos que emite el Gobierno Federal a largo plazo, esta variable que solo pocos vigilamos, es la más importante para el sistema financiero mexicano, por ejemplo: la baja en el precio de los Bonos provocó minusválidas a las Afores en octubre, por más de 130,000 mdp, “auch”... eso sí dolió; pero unos días después, las calificadoras Fitch y HR Ratings, degradaron la perspectiva de la deuda soberana del país.
Aunque en las últimas dos semanas, habíamos empezado a sentir que el ambiente se empezaba a tranquilizar, hasta que el senador Ricardo Monreal anunció que presentaría la iniciativa para impedir que los bancos puedan cobrar comisiones por sus servicios; a partir de ahí el peso regresó por encima de los 20 pesos por dólar, el precio de los Bonos Gubernamentales de largo plazo cayó nuevamente, las tasas de interés de mercado se fueron para arriba y, por supuesto, la Bolsa también tuvo un fuerte descalabro.
¿Qué necesidad de hacer este anuncio, sin primero tocar base con Banxico y la CNBV, que cabe mencionar, han realizado un magnífico trabajo? ¿Por qué el protagonismo?
Mi mensaje es claro, los políticos y funcionarios públicos que ocupen puestos claves, tienen que ser prudentes; el horno no está para bollos, antes de hablar, hay que medir las consecuencias. ¡La imprudencia solo daña a México!
Al cierre de los mercados del viernes, AMLO hizo una declaración diciendo que no habría cambios en la legislación bancaria en los próximos tres años. Esto provocó que el tipo de cambio mejorará 30 centavos y que las tasas de interés perdieran algo de presión, sin embargo, el daño ya estaba hecho. El desorden que privó en los mercados mexicanos toda la mañana, al final originó una enorme desconfianza.