Es indispensable invertir para crecer
El gobierno federal debe de ganar la confianza de los inversionistas, y esto se logra con hechos concretos y no con discursos.
Es importante que la economía mexicana mejore la tasa de crecimiento de 2%, observada en los últimos años; parece como si este numerito fuera una camisa de fuerza que no podemos quitarnos de encima, pero para crecer, lo primero que tenemos que hacer es invertir más.
Llevamos muchos años con la inversión detenida, por muy diversas razones, como la incertidumbre que provocó el presidente de EU, Donald Trump, en relación con el Tratado de Libre Comercio con México.
Otro factor de incertidumbre fue el proceso electoral en México, y junto a esto, otras cosas más, que acontecieron en el entorno económico mundial —como es el proceso de alza de las tasas de interés—, el fortalecimiento del dólar contra todas las monedas, a partir del 2014. Estos factores influyeron a los inversionistas para ser cautos.
En resumen, la inversión pública y la privada, por la incertidumbre de los acontecimientos; están detenidas desde el 2016, y este año será el cuarto año donde este motor siga sin aportar.
Además de todo lo anterior, en la actualidad la economía se encuentra frente a un reto de confianza ante un nuevo gobierno, que en realidad representa un cambio de régimen.
Aún es temprano para saber qué es en realidad lo que busca la nueva administración en materia económica.
¿Vamos hacia una economía estatizada, como la que vivimos en los años setentas y ochentas? ¿Será algo más radical? o son nuevas formas de hacer las cosas, que muchos todavía no alcanzamos a comprender.
Existen muchas preguntas importantes que son determinantes para la confianza de los inversionistas, tales como: ¿Se aplicará el Estado de Derecho?, cómo se compagina esto con una actitud de perdonar todos los actos de corrupción pasados; ¿ y los futuros? ¿El Gobierno va a aplicar la Ley, o será complaciente? como de hecho lo es ya, como el caso de los actos criminales de la Coordinadora Nacional de Trabajadores de la Educación en Michoacán.
¿La aplicación de la ley será discrecional? ¿En dónde queda ahí, la IP? en fin hay mil preguntas y aún pocas respuestas, y también hay que decirlo, muchos discursos, pero pocos hechos concretos.
Podríamos enumerar una enorme lista de deberes, pero sin duda el gobierno se tiene que ganar la confianza de los inversionistas, y esto se logra con hechos concretos y no con discursos.
Hoy le toca al Gobierno tomar la iniciativa, ya que fue él quien desestimó el voto de confianza que le otorgó la iniciativa privada después de ganar las elecciones.
El presidente decidió cancelar el Nuevo Aeropuerto Internacional de la Ciudad de México, y que nunca pudo explicar y menos convencer a los inversionistas y a los Mercados del por qué de esa decisión.
A partir de ahí, darle la vuelta al tema será todavía cuesta arriba, pero además esta confianza se sigue lesionando a pesar de que el presidente Andrés Manuel López Obrador dijo que no cancelaría la Reforma Energética, en realidad la tiene congelada.
Este fue uno de los principales argumentos de Standard & Poor’s para cambiar la perspectiva del país, de neutral a negativa.
Si realmente piensa el presidente cancelar la participación del sector privado nacional y extranjero en el sector energético, entonces que explique en detalle cómo se pondrán a flote Pemex y la Comisión Federal de Electricidad, cuánto costará y de dónde saldrán los fondos.
En resumen, el discurso para alinear al sector privado con el gobierno ha mejorado sustancialmente; pero en los hechos, aún no se ve nada.