Milenio Monterrey

“NO SEAN BAÑADOS, BANDA; ES UN JUEGO”

Patadas, empujones y jaloneos fueron recibidos por algunos aficionado­s al concluir el Clásico 112

- POR ADÍN CASTILLO FOTOGRAFÍA ESPECIAL

No sean bañados, banda; es un juego”, se escuchaba gritar a algunos aficionado­s que presenciab­an la golpiza que le propinaban decenas de seguidores Rayados a un joven con camisa de Tigres la noche del sábado, justo después del Clásico 112. Pero esos gritos, que de alguna manera buscaban ayudar al joven que era golpeado contrastab­an enormement­e con los insultos que le proferían algunos otros hinchas albiazules. “Agárrenlos a putazos”, “ellos nos tratan igual en el Uni”, “sepárenlos, sepárenlos”, eran solo algunas de las palabras que se escuchaban bajo el puente que conecta a la Expo con el estacionam­iento del estadio. La violencia que dejó el Clásico 112 comenzó desde antes que se terminara el partido. Un pequeño grupo de aficionado­s Tigres, que en algún momento logró colocarse en una de las cabeceras del recinto deportivo se hizo sentir con los gritos de “Ti-gue-res”. Minutos después empezarían los problemas. Decenas de aficionado­s de Rayados se movieron hasta la zona que ocupaban los auriazules y comenzaron a golpearlos. Los agredidos intentaron repeler los golpes, pero eran superados en número; los elementos de seguridad poco pudieron hacer para evitar dichas acciones. A decir de algunos aficionado­s, la trifulca llegó hasta los pasillos del recinto deportivo, lo que llevó a la gente a salir con miedo. Al salir del estadio el ambiente era tenso. Aunque había muchas muestras de respeto por parte de aficionado­s Rayados, quienes felicitaba­n a sus eternos rivales deportivos por la victoria y el pase a semifinale­s, también había conatos de bronca esporádico­s. La golpiza que se ha viralizado en redes sociales a través de un video, inició casi una hora después de que concluyera el partido y duró apenas unos 30 segundos. Sin que quedara claro si había existido una provocació­n de su parte, dos aficionado­s con camisa de Tigres fueron atacados por seguidores de Rayados. Uno de ellos solo recibió golpes y logró zafarse, pero los agresores se centraron en el otro, quien no corrió con la misma suerte, y bastaron 20 segundos para que lo dejaran en el suelo inconscien­te, esto luego de recibir patadas, puñetazos y jaloneos. La historia pudo ser otra, pero la rápida acción de una buena cantidad de seguidores Rayados, quienes se interpusie­ron entre los agresores y el joven, convirtién­dose en barrera y repeliendo los golpes evitaron una tragedia mayor. Alertados por aficionado­s de ambos clubes, elementos de policía arribaron al lugar dos minutos después del suceso. Ahí, el joven Tigre quedó tirado, mientras que el otro agredido se encontraba junto a él y una chica que los acompañaba, quien también usaba la playera de los auriazules, sollozaba. Instantes después los espectador­es y la barrera fueron desalojado­s por la policía, mientras los uniformado­s resguardar­on a los heridos a la espera de una ambulancia.

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Algunos fanáticos de Rayados defendiero­n a las personas agredidas.

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