Devolver la confianza, la promesa de Macron
En su discurso de investidura, el nuevo presidente francés afirma que trabajará para que su nación y Europa sean “más eficaces y más democráticas”
El nuevo presidente de Francia, Emmanuel Macron, prometió “devolver la confianza” a sus compatriotas y relanzar la Unión Europea, en su discurso de investidura ayer en el palacio del Elíseo. “La Europa que necesitamos será reformada y relanzada, ya que nos protege”, dijo este centrista pro europeo de 39 años en su primer discurso oficial en el Elíseo.
A partir de esta tarde, Emmanuel Macron, al igual que hizo su predecesor socialista François Hollande en 2012, viajará a Berlín para reunirse con la líder alemana, canciller alemana Angela Merkel, en su primer viaje al extranjero.
Macron, un ferviente europeísta, quiere impulsar una cooperación más estrecha con la primera economía de la zona euro para ayudar al bloque a superar la inminente salida de Reino Unido, otro de sus miembros más poderosos.
Frente a los “excesos” del mundo, “necesitaremos una Europa más eficaz, más democrática, más política, pues es el instrumento de nuestra fuerza y de nuestra soberanía”, aseguró delante de los cientos de invitados reunidos en la sala de Fiestas del Elíseo para la ceremonia de investidura.
El nuevo jefe de Estado, que debe aún enfrentarse a unas difíciles elecciones legislativas el 11 y 18 de junio en las que su movimiento político, La República en marcha, buscará la mayoría absoluta para poder aplicar su ambiciosa agenda de reformas, prometió también “unir” a los franceses, cada vez más escépticos con la globalización y Europa.
“Las francesas y los franceses que se sienten olvidados por este gran movimiento del mundo deberán sentirse más protegidos”, dijo el que ganó holgadamente las presidenciales en segunda vuelta pese al resultado histórico de la líder de la extrema derecha, Marine Le Pen, del Frente Nacional (FN).
El joven centrisa, filósofo, ex banquero y ex ministro de Economía de Hollande, que nunca antes se había sometido al veredicto de las urnas y que conquistó el poder con un programa “ni de derechas ni de izquierdas” sin un partido político estructurado, prometió reformar “profundamente la vida política” en un país muy dividido, preso de un desempleo endémico (10%) y aún bajo estado de emergencia debido a las amenazas terroristas.
Hoy se prevé que Macron nombre al nuevo primer ministro, clave para la batalla de Macron de lograr mayoría absoluta en el parlamento en las legislativas de junio. El nombre que más suena es el de Edouard Philippe, de la derecha moderada, cercano al ex premier conservador Alain Juppé.
Ayer por la mañana, en una ceremonia muy protocolar, Macron asumió sus funciones en el Elíseo. Estuvo acompañado de su esposa Brigitte, de 64 años —madre de tres hijos y abuela de siete nietos de su primer matrimonio—, radiante y sonriente vestida con un traje de chaqueta y falda de color azul cielo, un tono similar al usado por Melania Trump en la investidura de su esposo en enero. Ambas parejas son atípicas por la diferencia de edades, pero en el caso de los Macron, es Brigitte quien aventaja a su esposo por 25 años, estando casados desde hace 24.
Luego de 21 salvas de cañón en honor del nuevo presidente desde el Palacio de los Inválidos, en la otra orilla del Sena, Macron se dirigió a los Campos Elíseos.
Respecto del mandatario saliente François Hollande, 62 años, que se va con una impopularidad récord, afirmó ayer que dejaba a “Francia en un estado bastante mejor que en el que la encontré”, tras la salida de su predecesor de derechas, Nicolas Sarkozy, en 2012.