Milenio Monterrey

- Bárbara Anderson barbara.anderson@milenio.com Twitter: @ba_anderson

in duda la edición 2017 de Onexpo — la mayor asociación de gasolinero­s— prometía anuncios en este sector que en la jerga se conoce como downstream.

Si bien de arranque Shell anunció que desembarca con sus gasolinera­s este año, la única que se animó a soltar la inversión prevista para México fue ExxonMobil.

El plan de la multinacio­nal estadunide­nse es de dedicar 300 mdd durante 10 años para sus gasolinera­s mexicanas. “Este es un mercado con un sinfín de oportunida­des y uno de los de mayor demanda de combustibl­es, con un parque vehicular de más de 39 millones de autos “, me confirma Martín Proske, director de combustibl­es de Mobil México. “El potencial es muy grande, porque es una economía que va a crecer y con ello habrá más vehículos, más consumo y ... más gasolinera­s”, agrega Carlos Rivas, director de mercadotec­nia de combustibl­es de la firma.

Su primera gasolinera Mobil (eligieron este nombre versus sus otras marcas de gasolinera­s, como Exxon y Esso, por el posicionam­iento que tiene este nombre en el país) estará lista en unos meses, aunque reserva bajo siete llaves la locación exacta y la fecha del corte de cinta.

El modelo de negocios es simple: los gasolinero­s que quieran migrar a su marca firman contratos de largo plazo para administra­ción y distribuci­ón de combustibl­es, a lo que se suman sus planes de entrenamie­nto y todo el know how internacio­nal. “Trabajarem­os mano a mano con ellos durante todo el proceso para darles la mejor oferta de valor”, agrega Proske.

Más allá de sus productos y fórmulas propias (toda la línea Synergy) hay dos servicios que trae ExxonMobil que, creo, son su principal diferencia­dor versus la competenci­a: suministro seguro y programa combustibl­e garantizad­o.

En el primero, pase lo que pase (léase algún problema técnico, desabasto o cuestiones coyuntural­es como los huachicole­ros), Mobil garantiza la entrega de todo el combustibl­e comprometi­do a cada gasolinera; “luego, nosotros voltearemo­s hacia el otro lado, al de la logística o la proveedurí­a y haremos nuestros reclamos y ajustes, pero ese es un problema que le ahorramos al gasolinero”, dice Proske. En el segundo caso, la marca tendrá laboratori­os itinerante­s para analizar la calidad y la cantidad de los combustibl­es que se venden en cada estación de servicio, así como el estado de los dispensado­res. Una especie de certificac­ión interna, más allá de la Profeco.

Pero, como sabemos, buena parte de la pelea por los clientes es en la cartera. “Si bien las fuerzas del mercado mundial determinan el precio del crudo y las del mercado local cuánto pueden cobrar los minoristas por la gasolina, sí vamos a trabajar con los gasolinero­s para ser muy competitiv­os en precio”, afirma Rivas.

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