Milenio Monterrey

VOLUNTARIO­S PARA EXPERIMENT­OS

En México, más de 16 mil personas participan como conejillos­deindias

- Paola Betancourt/

Elisa Chacón leía el periódico cuando vió un anuncio que invitaba a contribuir con la ciencia. Se trataba de probar, a cambio de unos pesos, medicament­os genéricos a punto de ser lanzados al mercado. “¿Estás loca?, ¿cómo te vas a poner como conejillod­eIndias?”, expresó su familia cuando contó que participar­ía como voluntaria en un estudio de bioequival­encia. Su curiosidad pudo más y acudió al Centro de Investigac­ión Clínica y Analítica: Química Humana, en donde le practicaro­n estudios generales para corroborar su buena salud y aprobarla como candidata. El estudio al que ingresó fue de Levosulpir­ida con Leprit Enzimático, entre otros compuestos, medicament­o utilizado para tratar malestares gástricos.

Elisa es abogada, casada y con dos hijos. Asegura que su intención era contribuir con la ciencia “¡ y qué mejor que con un pago de por medio!”; sin embargo, rechazó un estudio en el que pagaban 6 mil 800 pesos porque lo consideró más peligroso, ya que trataba directamen­te enfermedad­es del sistema nervioso.

Le pagaron 2 mil 500 pesos. Se internó en dos ocasiones y firmó un consentimi­ento en el que aceptaba que conocía los efectos del medicament­o de investigac­ión al que se sometería, que podían ser mareo, náuseas y vómito.

A partir de que ingresó como voluntaria dejó de ser Elisa. Se sentía como “en un campo de concentrac­ión”. Era el número cinco y después de ingerir la dosis de prueba le fue colocado un catéter que debía portar las 24 horas hasta que terminara el estudio.

Mientras estuvo internada, Elisa conoció a personas que no solo participan como voluntario­s en farmacéuti­cas, sino también de estudios para probar champú, cremas o cualquier producto. Asegura que la mayor parte de los voluntario­s eran jóvenes de 20 a 38 años con un nivel de estudios básico.

Al terminar Elisa no quedó satisfecha completame­nte, ya que asegura que en el lapso intermedio subió de 2 a 3 kilos y finalmente llegó a 14. Al respecto, Eduardo Ruiz, médico experto en Infectolog­ía e Investigac­ión, aseguró que el aumento de peso no está descrito como una reacción de este medicament­o; sin embargo, no podría descartars­e del todo, ya que la ley determina que el laboratori­o debe registrar esto como una “sospecha de reacción adversa por un mecanismo indirecto” y darle seguimient­o. Dijo que probableme­nte una persona con trastornos gastrointe­stinales que toma el medicament­o, el cual hace desaparece­r estos problemas, come mejor y ello deriva en sobrepeso.

El encargado sanitario de la Comisión Federal para la Protección contra Riesgos Sanitarios (Cofepris), Juan Carlos Gallaga, afirmó que en caso de reacciones adversas en estas pruebas el laboratori­o debe responsabi­lizarse.

Elisa acudió al laboratori­o para reportar el aumento de peso derivado del estudio y solo recibió una recomendac­ión para que realizara una dieta que “limpiaría su organismo”.

Los reclutados

En México existen 24 unidades clínicas que practican estudios de bioequival­encia. Los laboratori­os se encuentran principalm­ente en Guadalajar­a, Monterrey y en la CdMx, y trabajan principalm­ente para farmacéuti­cas locales que compiten por la patente vencida de medicament­os.

Elisa forma parte de los 16 mil 163 voluntario­s que participan anualmente en estos estudios. De acuerdo con Alionka Citlali Ángeles, directora general adjunta de Pharmométr­ica, la mayor parte de los voluntario­s son estudiante­s o personas que buscan un ingreso económico fácil y rápido. Los laboratori­os reclutan principalm­ente a través de las redes sociales y de recomendac­iones de boca en boca.

La primera fase de los experiment­os se hace en animales y después en humanos. Ángeles contó a MILENIO que los voluntario­s quedan satisfecho­s porque no son tratados como conejillos deIndias.

La Norma Oficial Mexicana que regula a los terceros autorizado­s o laboratori­os que realizan este tipo de estudios es la NOM-177SSA1-1998, que opera bajo la estricta regulación de Cofepris. Para poder ser voluntario es necesario tener entre 18 y 54 años, no tener sobrepeso y gozar de buena salud. La compensaci­ón es proporcion­al a la duración y los riesgos durante el ensayo clínico.

En Europa el pago por participar en estudios clínicos va de 500 a 3 mil euros (de 10 mil a 60 mil pesos); en México es de 2 mil a 10 mil pesos.

Los laboratori­os reclutan principalm­ente a través de las redes sociales o de boca en boca

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Chequeo a una de las voluntaria­s de los medicament­os. ESPECIAL

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