Seguirán acciones contra giros negros
Al detectar cantinas que abrieron con permiso de restaurante, y que, según el alcalde, operan como espacios para la prostitución y juegos de azar, el municipio de San Pedro va “duro” contra ellas y continuarán las clausuras. Luego de que MILENIOMonterrey informara sobre la interrupción de estos establecimientos irregulares, el alcalde sampetrino, Mauricio Fernández Garza, afirmó que atacarán estos giros prohibidos. “Pues es prostitución y juegos de azar, yo le di en la torre a los casinos y esas cosas tenían juegos de azar, por supuesto (que continuarán las clausuras). Yo actúo en el diario quehacer de las cosas. El sábado fueron cerrados varios establecimientos que carecían de permiso “Además, el giro que solicitaron para abrir esos lugares son restaurantes y no tienen nada que ver, y por supuesto que proceden las clausuras y voy a ser muy duro en ese tema, tenían además juegos de azar”, señaló Fernández Garza.
Este fin de semana, el municipio de San Pedro clausuró cinco negocios que tienen permiso de restaurante-bar con entrada exclusiva para hombres y atendidos por mujeres.
Elementos de Protección Civil, policías y autoridades municipales impusieron la interrupción de operaciones de los establecimientos El Marqués, sobre la avenida Vasconcelos y Neil Armstrong, a la altura de la colonia Mirasierra.
Otro de los negocios a los que se les colocaron sellos de clausura fue El Patrón, ubicado también sobre Vasconcelos, pero en su cruce con la calle J. Siller.
El alcalde de San Pedro señaló que este tipo de negocios no tienen por qué existir en el municipio pues a todas luces operan en forma ilegal. “En este caso puntual es un giro que no está contemplado en San Pedro, vamos a decir que es considerado como un giro de prostitución y no tenemos por qué tener este tipo de giros aquí en San Pedro”, dijo el presidente municipal. l jefe del Departamento de Estado americano, Rex Tillerson, y John Kelly, secretario de Seguridad, sin duda perfectamente informados, han expresado que los crímenes y violencia en México, especialmente en su frontera, se deben fundamentalmente a la adicción a las drogas de sus compatriotas, consumidores importantes que ofrecen el mercado más atractivo para la venta de droga.
Reconocieron que, si no fuera por ellos, México no tendría los graves problemas de crimen organizado que enfrenta y, además, aceptaron que combatir el crimen en la frontera de ambos países es una batalla en la que los dos deben colaborar. Es admirable la valentía y honradez con que reconocen que para combatir este grave flagelo de la humanidad, lo primero es aceptarlo, analizar causas y óptimas formas de combatirlo.
Nuevo León es un estado fronterizo que se ve afectado por el narcotráfico y la guerra con que lo enfrenta el estado, nos ha afectado tanto como a otros muchos estados mexicanos.
Los últimos acontecimientos en el municipio “modelo” de San Pedro Garza García significan una prueba de que, aunque se ha reconocido como el más seguro, no está exento de hechos violentos a pesar de que cuenta con la policía cibernética más confiable, equipada y capacitada de Nuevo León. Pero la realidad aparentemente es otra y rebasó la imaginación: El mercado y el consumo de droga en San Pedro es muy grande y significa un jugoso negocio que en cinco días generó cinco asesinatos. Tristemente, incluyendo a dos policías.
Para empezar, habría que reconocer que estamos inmersos en un mercado de lujo que caracteriza a los habitantes del municipio que, en su mayoría, tienen un ingreso alto. Pocas veces se han reconocido y documentado los robos, asesinatos, chantajes y secuestros de los que se habla, pero no constan en expedientes. Mientras, se insiste en el “municipio modelo”.
No podemos negar que San Pedro y sus habitantes somos víctimas de la lucha contra el crimen organizado por el atractivo del alto ingreso y también, para reconocerlo como los políticos americanos, por el alto consumo de drogas.
Este municipio “modelo” está alejándose de su honrosa calificación porque, aunque tenga los métodos más ambiciosos, caros y sofisticados para prevenir el crimen y la violencia derivada, no ha logrado sustraerse de la realidad nacional, lamentable. Y al mismo tiempo las preocupaciones van desde la gravísima escalada de inseguridad que incluye desde robos caseros hasta balaceras en zonas comerciales altamente concurridas, y además el insignificante – en proporción– pleito por un terreno que ocupan, justa o injustamente, un grupo de niños que practican futbol americano.
A propósito del tema del crimen organizado, la frontera y lo que nos afecta, recuerdo el colofón de una entrevista realizada hace años en Nueva York a don Raúl Salinas Lozano: “Señor senador, ¿cuándo se acabará la corrupción en la frontera de México?”. La respuesta del hombre brillante no se dejó esperar: “El mismo día que se acabe la corrupción en la frontera norteamericana. Para que exista una frontera corrupta su contraparte debe ser igual”.