on 32. Son los presidentes y los CEO de las empresas estadunidenses con mayor flujo de operaciones con México y Canadá. Hace unos días le enviaron una carta al presidente Donald Trump, en la que afirman estar dispuestos a ajustar el Tratado de Libre Comercio de América del Norte (TLC), pero que se mantuviera la estructura básica del mismo.
“Alentamos a su administración a que sea una negociación rápida y tripartida”, agregan como una de sus principales sugerencias.
En un esfuerzo, que ya hubiéramos aplaudido de los principales empresarios mexicanos, la carta (que amablemente me reenvió un ejecutivo de una de estas firmas) es el mejor resumen del tamaño y de la importancia del Tratado para los tres países, con datos como: el comercio con los dos países vecinos representa 14 millones de empleos en EU; 3 mil 500 mdd es el comercio diario de los tres socios; Canadá y México compraron a EU en 2016 45 mil mdd en bienes (que generaron 37 mil dólares en retorno de exportaciones por cada operario estadunidense); las exportaciones de servicios de EU a sus socios fueron en 2015 de 88 mil mdd (con un superávit de 37 mil mdd); las exportaciones agrícolas se cuadruplicaron desde 1993 hasta los 38 mil mdd, dando oportunidad de crecimiento al ‘corazón rural de América’ y es una plataforma para pymes, ya que cerca de 125 mil pequeñas y medianas empresas tienen en las economías mexicanas y canadienses a sus principales socios.
Al pie están las firmas de ejecutivos de la talla de Jeff Immelt, de GE; Michael Corbat, de Citigroup; Doug McMillon, de Walmart; Indra K. Nooyi, de PepsiCo, y David Taylor, de P&G, además de los máximos directivos de UPS, Cargill, Motorola, Union Pacific, Metlife, ConocoPhillips, The Dow Chemical, American Airlines, Kansas City Southern, Sempra, Fedex y Carterpillar, entre otros.
¿Por qué da un poco de envidia de este lado de la frontera? Porque si bien el comer- cio del TLC es un motor importante de la economía de EU, si combinamos sus exportaciones a Canadá (19 por ciento) y a México (16 por ciento) equivalen a 3 por ciento de su PIB. Pero si este mismo ejercicio lo hacemos con nuestras exportaciones, el tratado representa 26 por ciento del PIB mexicano.
“Debemos basarnos en que de nuestra relación comercial ya están funcionando bien. Debemos mejorar el flujo de trabajo que sustenta el comercio a través de nuestras fronteras, que ha alcanzado 1.3 billones de dólares (millones de millones). Volviendo a los altos aranceles y otras barreras comerciales que precedieron al TLC no ayudará a los intereses de los trabajadores de EU, a los agricultores ni a los exportadores”.
Ojalá el establishment mexicano trabaje más allá de cámaras o de consejos sino con su propia firma, un documento así de contundente antes de que comience la negociación en agosto próximo.