El asesinato de Héctor Casique y la responsabilidad institucional
Hace unos meses, la periodista Ixchel Cisneros presentó en la mesa de redacción de Asícomosuena la historia de Héctor Casique. La de Casique era una historia de tortura, invención de pruebas, construcción falsa de culpabilidad. Nada nuevo, le dijimos al principio, hay muchas de esas en México.
Pero esa historia, insistió Ixchel, tenía un ingrediente especial. Casique, quien había sido policía municipal había sido detenido y torturado por policías con los que había trabajado, algunos, que habían sido sus amigos. “Al principio, cuando me detuvieron, cuando me empezaron a golpear creí que todo era una broma, o una prueba o algo así”, contaba Casique.
Para enero de este año, todos los tribunales habían ya reconocido no solo la inocencia de Casique, sino el hecho de que había sido tor- turado por policías al mando del entonces jefe policiaco de Cancún, Arturo Olivares Mendiola.
El resultado del trabajo de Ixchel, incluido el escalofriante testimonio de Casique se puede escuchar aquí: ( https://goo.gl/834eiV).
El jueves, Héctor Casique fue asesinado en Cancún.
Fue asesinado después de que desde 2014 la Comisión Ejecutiva de Atención a Víctimas lo había reconocido como víctima del Estado mexicano. Su número de registro: RNV-CEAV-9-668-2014. Después de que la CNDH, mediante procedimiento de Estambul, certificara que había sido torturado.
Después de que los tribunales que lo habían liberado ordenaran que se investigara a más de 43 elementos policiacos de Quintana Roo por haberlo torturado, incluyendo a Olivares Mendiola, nunca nadie ha investigado nada, por supuesto. Los torturadores están todos tranquilos.
Dos años y medio después, Casique aún estaba trabajando con la CEAV para que le fuera reparado el daño. ¿Qué se puede decir de una Comisión de Víctimas que no puede resolver en dos años y medio? ¿Para qué sirve?
El caso de Héctor Casique es bien conocido en la PGR y en la Subsecretaría de Derechos Humanos de Gobernación, ha sido tratado por organizaciones nacionales de Derechos Humanos, por Amnistía Internacional y por las oficinas pertinentes de la ONU. El jueves fue asesinado. El caso de Héctor Casique hoy es una muestra perfecta del fracaso institucional en seguridad y justicia.