CFE apuesta al midstream petrolero con capital unico R
ecuerdo hace algunos años, cuando recién comenzaba a operar la reforma energética, Enrique Ochoa (por entonces a la cabeza de la Comisión Federal de Electricidad) dijo en una entrevista que “veríamos a la CFE participando en el negocio de los combustibles y a Pemex en el sector eléctrico”.
Sonaba un poco insólito, pero hoy empieza a entenderse. “Estamos enfocados en atraer capital privado para la generación de energía eléctrica, para fortalecer las áreas de transmisión y distribución, y para participar de manera directa en el mercado de los combustibles”, me decía esta semana Jaime
Hernández Martínez, director general de la CFE (la quinta empresa más grande del país). Con este fin, hace unos días anunció un plan de inversiones a cinco años por 272 mil mdp.
La comisión cambió: hoy Hernández lidera una holding con 13 nuevas empresas, cada una de ellas con su propio Consejo de Administración y consejeros independientes.
Un cambio radical para una compañía que está cumpliendo 80 años, que tiene 186 centrales generadoras en todo el país y 41 millones de clientes. “Muy pocas empresas de electricidad en el mundo tienen este tamaño, sin olvidar que cada año se suma 1 millón de nuevos clientes, en una economía que crece su consumo eléctrico 3 por ciento año con año”, agrega Hernández Martínez.
Y como otras empresas del sector energético, la CFE no se quiere perder el negocio con más oportunidades (y rezagos) en el país: el almacenamiento y distribución de hidrocarburos.
México necesita ampliar su red de ductos: hoy suman 11 mil km, cuando solo en Texas (EU) hay 480 mil km. “Emprendimos 26 nuevos proyectos de gasoductos para traer este combustible a nuestras plantas, pero no solo para nuestra generación eléctrica, sino para otras empresas. Con esto, en dos o tres años todos los estados tendrán acceso a este combustible”, agrega el funcionario y además señala que no transportarán cualquier combustible.
Este nuevo negocio (que depende de dos de sus empresas nuevas, CFE Energía y CFE Internacional) agrega otra infraestructura: los tanques de almacenamiento.
La Comisión tiene tanques en sus centrales eléctricas — muchas de ellas reconvertidas a gas— en desuso, donde guardaba combustóleo y diésel en 60 puntos de todo el país. Estos tanques además cuentan con su propio tendido de ductos ya instalado. “Vamos a invitar al sector privado para que invierta en estos tanques, que en un plazo de 10 años podría duplicar la capacidad de almacenamiento actual, que es de solo tres días”, agrega. Solo con su primer apertura en las instalaciones que tienen en Baja California, esos tanques abandonados aumentarán el almacenamiento nacional de combustibles de 3 a 15 días.