Milenio Monterrey

LaMars

- Esto es un tema de posicionam­iento, de ventas, de relaciones públicas.

sí como las coberturas de las elecciones estatales de hace dos semanas fueron importante­s porque representa­ron un ensayo de lo que vamos a ver y a vivir en 2018, lo que está sucediendo con la Copa Confederac­iones es fundamenta­l.

Son una muestra de lo que va a suceder en el Mundial de Futbol de Rusia 2018 y yo sí estoy preocupado.

¿Por qué? Porque no encuentro algo parecido a un fenómeno mediático, económico, deportivo, social. ¡Nada!

Si esto es lo que vamos a tener en nuestras más importante­s pantallas el próximo año, prepárese para una catástrofe que dejará sin trabajo y sin contenidos a miles de personas en toda la nación.

¡Pues qué fue lo que vi! Lo poco o mucho se hizo entre el sábado y el domingo. Primero con el partido inaugural. Después, con el de México.

¿Dónde lo vi? Por Televisa y Tv Azteca.

Primera nota: ¿E Imagen Televisión? Sí, me queda claro que no adquiriero­n los derechos.

¿Por qué? ¿Por qué no negociaron para tener, cuando menos, una parte? ¿Por qué no hicieron uso de su creativida­d para demostrarn­os que a veces, sin derechos, se puede atender a las multitudes?

¡Otras compañías lo hacen! ¿Por qué ellos, no?

Aquí hay un mensaje, un mensaje tan grave o más como el que nos mandaron el día de las elecciones al cubrir como cubrieron.

¡Cuidado! Alrededor de esto hay un tema de posicionam­iento, de ventas, de relaciones públicas con el resto de la industria de la televisión y, el peor de todos, de capacidad de respuesta ante lo que le interesa a las audiencias.

Si las multitudes quieren futbol, hay que darles futbol más allá de las notitas de Adrenalina.

Hablemos ahora de Televisa y de Tv Azteca. Comencemos por el consorcio de Emilio Azcárraga.

¿Qué fue lo que vimos? Una muy penosa combinació­n de vejez y soledad.

¿Por qué de vejez? Porque estos señores se quedaron en los tiempos de Javier Alarcón y tuvieron la muy desagradab­le idea de volver a hacer una edición especial de La jugada con el Compayito, las chicas guapas y lo de siempre.

¿Y? ¿Qué tiene esto de malo si estamos en una época de volver al origen? Imagínese usted que las cabezas de Las Estrellas decidieran volver a hacer El Chavo, pero con Adal Ramones en lugar de Chespirito.

Obviamente, aunque Adal fuera el genio del universo no sería El Chavo. Ese personaje era de Chespirito.

Una Jugada de la Copa Confederac­iones sin Javier Alarcón y sin su equipo original de colaborado­res, no es una Jugada de la Copa Confederac­iones.

¿Y los partidos? A eso me refiero cuando le hablo de soledad. Qué triste fue ver a Hugo Salcedo abandonado a su suerte el sábado pasado.

Pero peor aún a un Anselmo Alonso, genuinamen­te emocionado y profesiona­l, al lado de un Duilio Davino que ni siquiera alcanzaba a levantar la mirada, no se diga a darle réplica al señor Alonso.

¿Y Tv Azteca? ¿Qué fue lo que sucedió ahí? Primero, cero programa especial tipo El show olímpico con comediante­s, vedetes y cosas peores.

Ellos decidieron llevar sus contenidos a sus productos fijos en señales como la de Azteca 13 en lugar de arriesgars­e a hacer el ridículo o a vender trama de lo que están cocinando para el Mundial de Futbol.

Creo que es una idea interesant­e, tan interesant­e o más que su trabajo durante la transmisió­n de los partidos.

¿Qué fue lo primero que nos ofrecieron? Exactament­e todo lo contrario a Televisa: trabajo en equipo, conocimien­to de causa, integració­n.

¡Para qué sacar gente sola en los estadios! Aquello abrió con Luis García, Jorge Valdano y Christian Martinoli, de pie, en un estudio hiperdinám­ico.

Y deje usted la sincronía perfecta entre ellos tres. ¡Hasta los textos eran excelentes!

Azteca Deportes fue el único departamen­to deportivo de una televisora mexicana que se molestó en explicarle al público, el día de la inauguraci­ón, qué es San Petersburg­o y qué hay ahí sin caer en ridiculece­s de color.

¿Entonces Tv Azteca estuvo perfecta? No. Tiene un problema que comparte con Televisa. Está aparte.

Algo serio está pasando en la televisión de este país que cada departamen­to de cada canal jala por su cuenta.

Yo no veo que en los programas de espectácul­os o en los de noticias de Azteca 13 exista, por ejemplo, algo parecido al orgullo por lo que se está haciendo en Azteca Deportes.

Antes le ponían casa a todo lo que hacía José Ramón Fernández. Ahora, nada.

E, igual, ¿dónde está esa gran entrevista de Hoy a la gente que está en Rusia, ese enlace entre el Compayito y En punto o esa campaña de presentaci­ón para toda la gente nueva de Televisa Deportes? ¡Dónde!

¿Ya le quedó claro por qué le digo que estoy preocupado? México necesita deportes. Necesita espectácul­os. Necesita televisión.

¿Esto que hemos visto, en los pocos días que tiene la Copa Confederac­iones de haber iniciado, es lo que nos merecemos? ¿Esto es lo que vamos a tener en el próximo Mundial de Futbol? ¡Qué miedo! onfieso que hasta que Adela Micha dio la nota de que una chavita llamada LaMars se había tratado de “pasar de viva” la semana pasada, yo vivía en un mundo más feliz, en el que no sabía que nuestro nuevo fenómeno virtual tenía que ver con la discusión de si alguien con acceso a YouTube debe o no ir a la escuela. Les diría que me siento afortunada de haber vivido unos días más en ese mundo, pero este fin de semana todos mis amigos comentaron el tema y, bueno, hay que saber qué está pasando cuando uno tiene esta chamba. Hasta en las cosas más nimias y estúpidas como, por ejemplo, Rubí dando autógrafos y luego recibiendo abucheos en los premios MTV y posteriorm­ente vendiendo el concepto de Amazon.

Me niego a pensar que este es un fenómeno de milenniall­s. Ya me harté, como muchos de ellos deben estar, de pensar que toda una generación tiene exactament­e el mismo defecto. Vaya que nosotros ( generación Siempre en domingo, por ejemplo) no teníamos cosas mucho mejores en nuestros momentos más chafas, pero aquí, lo que está pasando es que los vivales están viendo oportunida­des brutales de hacer negocio, no solo sin esfuerzo, sino sin importarle­s nada más que los clicks y el dinero. El daño que puedan hacer es lo de menos.

Así es como esta chava llegó con Adela, la periodista quería explorar el fenómeno, pero no contaba con que ya hay cazadores de personas como esta chavita (que me dicen que hace los más extraños y peligrosos malabares entre su nariz y boca con un preservati­vo), quien se volvió famosa en las redes por atacar lo que muchos dirían que es nuestro fallido sistema educativo nacional. Sin duda, hay mucho que decir al respecto, pero de eso a “ya no quiero ir a la escuela” son dos historias distintas.

El caso es que en lo que Adela, como ella misma lo cuenta, averiguaba cómo poner a esta chavita a aprender quién fue Benito Juárez, se apareció alguien en el camino. No sabemos quién es, pero su especie ya abunda. Vio la oportunida­d y le ofreció “representa­r” a ¿La Mars? (no puedo con ese apodo) diciéndole que él o ella iba a negociar todo en su nombre. Hasta los más avispados en esto de redes han perdido todo por creérsela y quizá soñando con ser la próxima Rubí, esta chica se compró el tema de que debía tener un representa­nte.

Esto, en un país donde las personas con muchísimo talento difícilmen­te tienen uno, y en general las empresas (a menos que sean de verdad deseados) se niegan a negociar con ellos, pero así estamos por ahora. En un mundo donde no importa si el mensaje es “no estudies, porque te harás rico haciendo tonterías” en lugar de aprovechar esta fantástica tecnología para impulsar precisamen­te cosas como la educación. Bueno, este caso al menos suena como una buena lección para todos.

En estos días los 15 minutos de fama sí se pueden monetizar en clicks y hasta en repentinos patrocinio­s. ¿Pero después? ¿Quién te va a contestar el teléfono? Ah, perdón. Olvidé que la mayoría de estos personajes ni se les ocuriría usar su teléfono para hablar. ¿Cars 3 sí pudo contra la Mujer Maravilla? ¿Que está haciendo Disney-Pixar que está imparable otra vez?

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ESPECIAL Y CLASOS
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AFP

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