Milenio Monterrey

La amenaza, la corrección, el jueves terrible

- Twitter: @puigcarlos CARLOS PUIG

Ayer, cuatro días después de destapada la crisis del espionaje, el presidente Enrique Peña Nieto habló. Cito algunas de las frases del discurso del Presidente:

Negó que el gobierno espiara a quien no debe espiar, pero pareció minimizar el espionaje.

“Resulta muy fácil convocar para que se señale al gobierno como alguien que espía, como una entidad que espía. Nada más falso que eso. Porque ninguna de las personas que se sienta agraviada puede afirmar o mostrar o evidenciar siquiera que su vida se haya visto afectada, lastimada por esas supuestas intervenci­ones, por ese supuesto espionaje”. Luego reveló fallas en su seguridad. “Somos una sociedad que la mayoría de las veces nos sentimos espiados. Yo mismo, como Presidente de la República, recibo mensajes cuyo origen desconozco, pero procuro en todo caso ser cuidadoso en lo que hablo telefónica­mente, no faltará que alguna vez se exhiba alguna conversaci­ón mía, ya ha ocurrido, ya ha pasado; pero nada más falso, y nada más fácil que señalar a un gobierno que se dedique a esta actividad”. Y terminó con una especie de amenaza: “Espero que la Procuradur­ía General de la República, con celeridad, pueda deslindar responsabi­lidades y espero, al amparo de la ley, pueda aplicarse contra aquellos que han levantado estos falsos señalamien­tos contra el gobierno”.

¿El espionaje solo es malo si a la víctima le pasa qué, además de ser espiado? ¿No habría que esperar la investigac­ión de la PGR antes de llegar a conclusion­es? ¿Quién quiere espiarlo, Presidente? ¿Si el Presidente cree o sabe que su gobierno no fue, no debía haber presentado tal argumento y evidencia frente a la PGR? ¿Qué puede hacer ahora el procurador, a quien ya le dieron línea de que el gobierno no fue? A las siete de la tarde el correspons­al de

NYT escribió que había recibido una llamada de Los Pinos diciendo que le aclaraban que Peña se había equivocado al dar su discurso y no amenazaba a nadie.

Y el Presidente salió a un “chacaleo” a corregirse en la amenaza, a sostener lo demás. Pero en algún momento dijo: “Que no confundan lo que fue la indicación a la Procuradur­ía para que investigue si hay sustento en este tipo de afirmacion­es o si hay alguien más que pretende confundir o dar soporte a este tipo de señalamien­tos que apuntan a que el gobierno realiza algún tipo de espionaje”. ¿Quién quiere “confundir dando soporte”? No entiendo nada. Mal día, pues. Malos tiempos. Para todos. Incluido el Presidente Peña Nieto.

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