Economía frágil marca aniversario del
Bueno, que no hubo un desastre; malo, el tipo de crecimiento que GB experimentó y el desarrollo del nivel de vida
Un año después del referendo de la Unión Europea, es hora de examinar las consecuencias económicas al momento. La economía del Reino Unido creció a una tasa anualizada de 1.8 por ciento en los tres trimestres después de la votación y el nivel de desempleo cayó de 4.9 por ciento a 4.6 por ciento.
La votación por el brexit no provocó un desastre económico. Esa es la buena noticia. Las malas surgen del tipo de crecimiento que Gran Bretaña experimentó y del desarrollo en el nivel de vida.
El consumo de los hogares representó más de cuatro quintas partes de la expansión de la economía, mientras que la inversión empresarial no hizo ninguna contribución y las exportaciones netas limitaron el crecimiento. Los datos más recientes muestran que los precios aumentan a una tasa anual de 2.9 por ciento, pero los salarios regulares solo tienen un incremento de 1.7 por ciento y la mayoría de las prestaciones de la edad laboral se congelaron.
Los hogares estarán peor a un año del referendo. No tienes que basarte en que la tasa de ahorros de Reino Unido cae a su menor nivel en más de 50 años para entender que no hay nada sostenible en el crecimiento del consumo junto con la caída de los ingresos.
Hacer la comparación de los resultados con las prominentes predicciones antes del referendo es doloroso para los analistas económicos. Por el lado de remain (quedarse), el pronóstico del Tesoro de una recesión superficial se basó en que los hogares iban a apretar sus cinturones en respuesta a la incertidumbre. La lección que se aprendió es que la incertidumbre no impide que millones de hogares británicos se endeuden y gasten cuando hay abundancia de crédito. Pocas veces se señalan los errores de predicción igualmente graves del lado de leave (salir). Los economistas del grupo del brexit pronosticaron casi ninguna caída inmediata de la libra esterlina, inflación a mediados de 2017 de 1.5 por ciento y un crecimiento promedio de ganancias de 3.5 por ciento. La lección aquí es que millones de personas en todo el mundo creen que el Brexit perjudicará a Gran Bretaña, lo que hará que sus activos sean menos valiosos.
Si el pasado demuestra que ninguno de los dos bandos tiene una bola de cristal clara, las condiciones económicas actuales al parecer satisfacen a pocas personas en el Reino Unido.
Un público elector descontento castigó al gobierno en las recientes elecciones generales y todavía no se da cuenta que la caída de la libra prolongará la presión del Brexit en sus niveles de vida por al menos otro par de años.
Las negociaciones van a revelar más concesiones duras a medida que el Brexit pase de la teoría a la práctica. Gran Bretaña no puede evitarlas. Mientras más control aplique el Reino Unido sobre las regulaciones y fronteras existentes de Gran Bretaña, más dificultades comerciales habrá con las 27 naciones de la Unión Europea.