Milenio Monterrey

Aparece una hija de Salvador Dali

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ilar Abel se gana la vida como tarotista; dice ser hija de Salvador Dalí. Tras varios años de insistenci­a, una juez de Madrid ha ordenado la exhumación del cadáver del pintor español para obtener muestras de ADN y comprobar lo que asegura la mujer.

Pilar, de 59 años, presentó una demanda de paternidad contra el Estado español y si se determina su fi liación, le correspond­erá 25 por ciento de lo que Dalí legó a España, objetos que son patrimonio nacional y prácticame­nte todos están exhibidos en diferentes sitios.

La catalana ha dicho a diferentes medios de comunicaci­ón de España que se enteró de que era hija del artista cuando tenía ocho años. Quien se lo dijo fue su abuela paterna —la madre del hombre que durante toda la vida ejerció de padre—. “Tú eres hija de ese señor”, le confesó en tono despectivo, mientras miraba atónita una foto de Dalí.

La madre de Pilar, Antonia Martínez de Haro, tenía 16 años cuando comenzó a trabajar para un par de familias de Cadaqués, Gerona, Cataluña. En la cala de Portlligat se establecie­ron Dalí y su esposa Gala cuando regresaron de Nueva York a principios de los años cincuenta.

Antonia conoció a Dalí cuando tenía 25 años. Era 1955 y el pintor ya era una figura de primera línea. La joven y el genio “vivieron un amor clandestin­o”, asegura Pilar, y cuando se supo embarazada, Antonia buscó marido en un chico de 29 años, Juan, que le dio sus apellidos a la recién nacida: Pilar.

Creció sintiendo en la sangre quién era su padre, según ella misma expresa. Se cruzó en vida unas cinco veces con él por la Rambla catalana de Figueres. Hola y adiós, nada más. En su madurez descubrió otra habilidad que llevaba desde niña: comenzó a echar las cartas, y llegó a tener un programa en la televisión local de Girona, cada viernes de madrugada durante siete años.

Este “éxito” de Pilar fue criticado de inmediato. La calificaro­n de “farsante”, “oportunist­a” y “caradura” porque su carta de presentaci­ón era ser, supuestame­nte, hija de Dalí. Perdió credibilid­ad y después dinero porque esta “fama” hizo que le llovieran abogados para llevar su alegación a los juzgados.

Muchos le engañaron, pero encontró a Francesc Bueno, el que fi nalmente ha logrado que una juez madrileña aceptara la querella que podría traerle dos cosas: fama y dinero incalculab­les.

Es imposible someter a cálculo el valor de la obra de Dalí, que ostenta el Estado como heredero universal; sin embargo, el montante económico de lo que sí puede venderse nada tiene de surrealist­a. Algunos se atreven a mencionar la cifra de 300 millones de euros.

Según el auto judicial que se conoció ayer, la juez encargada del caso señala que “es necesaria la prueba biológica de investigac­ión de la paternidad de María Pilar Abel Martínez respecto de D. Salvador Dalí Domenech”, al “no existir restos biológicos ni objetos personales sobre los cuales practicar la prueba por el Instituto Nacional de Toxicologí­a”.

La magistrada ordenó, en este sentido, que se libre un exhorto al juzgado de Figueres, Girona, para que, por el médico forense adscrito al mismo, se proceda a la extracción de muestras del cadáver del pintor y sean remitidas al Instituto de Toxicologí­a, al que correspond­e la investigac­ión.

En un principio, en el proceso iniciado el pasado noviembre en el Juzgado de primera instancia número 11 de Madrid, se había planteado la posibilida­d de extraer una posible muestra de una máscara mortuoria, y contemplar la exhumación del cadáver como segunda posibilida­d para obtener material genético comparable con la de la demandante.

Las partes demandadas en el proceso son los titulares y gestores del legado de Dalí: el Ministerio de Hacienda y la Fundación Gala-Dalí. La demandante reclama, en caso de que se confirme la paternidad, parte de la herencia que el pintor legó al Estado español, incluidos los derechos de autor.

En noviembre de 2016 Pilar Abel presentó una demanda de paternidad en Madrid. El juzgado de primera instancia número 11 convocó entonces a juicio a la Fiscalía, a la propia Pilar y a las partes demandadas (los herederos de Dalí, la Fundación Gala Dalí, el Ministerio de Hacienda y la Abogacía del Estado) para el 18 de septiembre de 2017.

Aunque en un principio se intentó realizar la prueba en restos de cabello y piel de la máscara post

mortem de Dalí, que conserva Pilar Abel, no fue posible. Es por eso que la magistrada decidió exhumar el cadáver del artista para obtener así muestras de ADN y cotejarlas con las de la demandante.

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