“No claudicaré”, dice desde su casa Leopoldo López
El Tribunal Supremo de Justicia otorga arresto domiciliario al líder de la oposición tras permanecer tres años y cinco meses preso en una cárcel militar
Leopoldo López, el más emblemático de los opositores presos en Venezuela, salió de prisión y quedó en arresto domiciliario, medida que llega tras 100 días de protestas contra el presidente Nicolás Maduro.
Sonriente, con una camiseta blanca, López ondeó la bandera nacional y alzó los puños en alto en señal de victoria frente a dos centenares de seguidores eufóricos al asomarse sobre el muro de su casa, en el exclusivo barrio de Palos Grandes, al este de Caracas.
“No estoy dispuesto a claudicar en mi lucha por la libertad de Venezuela y si ello implica que deba volver a una celda en (la prisión militar de) Ramo Verde, estoy dispuesto a hacerlo”, sentenció al convocar a los venezolanos a seguir en las calles. “Me mantengo firme en mi oposición a este régimen y en mi convicción de luchar por una verdadera paz, convivencia, cambio y libertad”, dijo López en un mensaje leído por Freddy Guevara, vicepresidente de la Asamblea Nacional (AN, Legislativo).
El Tribunal Supremo de Justicia (TSJ) —acusado de seguir los dictados del gobierno— otorgó casa por cárcel a López, quien llevaba tres años y cinco meses preso. El fallo redactado por el presidente de la Corte, Maikel Moreno, alegó “razones de salud”.
En su primera reacción, Maduro reclamó a López “un mensaje de rectificación y de paz” en medio de las manifestaciones opositoras, que dejan 91 muertos desde principios de abril.
“Apoyo la decisión” del TSJ, señaló Maduro en un acto público en el que aseguró que la excarcelación es resultado de gestiones de una comisión encabezada por la ex canciller Delcy Rodríguez.
Maduro aprovechó el momento para ensañarse contra su ahora adversaria, la fiscal general Luisa Ortega Díaz, al recordar que el dirigente opositor fue procesado y preso por responsabilidad de la titular del Ministerio Público. “Jamás moví ni un dedo porque jamás he intervenido en decisiones del Ministerio Público”, agregó Maduro.
En respuesta, Ortega Díaz —quien ahora está enfrentada a Maduro tras varios años de estar vinculada al oficialismo— consideró que no se debe instrumentalizar el caso de López para tratar de legitimar las acciones del gobierno. “No se puede usar a las personas privadas de libertad como si fuesen unos rehenes que pueden ser objeto de negociación, tal como lo hacen algunos grupos delictivos con las personas que secuestran. No se debe instrumentalizar un caso tan delicado y sensible para el país para tratar de legitimarse y mejorar su imagen”, afirmó en entrevista con el diario chileno LaTercera.
López, de 46 años, fue arrestado en febrero de 2014 y cumplía una condena de casi 14 años, acusado de incitar a la violencia en otra oleada de protestas contra Maduro con saldo de 43 muertos durante cuatro meses ese año.
Su esposa, Lilian Tintori, calificó la excarcelación como “un paso más por libertad de Venezuela”. “Que Leopoldo esté en familia le da más fuerza al pueblo venezolano para seguir luchando en la calle por la libertad. Venezuela continúa firme”, escribió Julio Borges, presidente de la AN, en manos de la oposición y que ha sido objeto de presiones y agresiones por parte del oficialismo.
Estrategia del oficialismo
El analista Luis Vicente León cree que el arresto domiciliario de López es un “movimiento estratégico del gobierno para bajar la presión” ante el rechazo “demoledor” a la Asamblea Cons- tituyente convocada por Maduro, que la oposición tilda de “fraude” para instaurar una “dictadura”. “El gobierno está buscando apaciguar la protesta y mejorar su imagen” de cara a la elección de la Constituyente, el 30 de julio, asegura por su parte el politólogo Luis Salamanca.
A fines de 2016, bajo mediación internacional encabezada por el ex mandatario español José Luis Rodríguez Zapatero, gobierno y oposición iniciaron un diálogo auspiciado por el Vaticano, tras lo cual fueron liberados varios presos de bajo perfil. Pero la negociación fracasó en diciembre.
López fue visitado varias veces por Rodríguez Zapatero, la última el pasado 4 de junio.
López, a quien según su padre le instalaron un brazalete electrónico, es el símbolo de los opositores presos, entre ellos el alcalde de Caracas, Antonio Ledezma, también bajo arresto domiciliario.
A pesar de que sus abogados aún desconocen las condiciones de reclusión de López, el resto de políticos que cumplen condena en sus casas tienen prohibido dar declaraciones a los medios de comunicación y expresarse por redes sociales.
Su excarcelación fue saludada por Brasil, España, Argentina, Chile, Colombia Perú y Panamá, en tanto que líderes de la oposición, como Henrique Capriles, pidieron su “libertad plena” y la de todos los políticos detenidos.
Estados Unidos dijo que el gobierno de Venezuela dio un paso “en la dirección correcta”. “Recibimos con beneplácito la liberación de Leopoldo López de la cárcel. Sin embargo, su confinamiento bajo arresto domiciliario y la continua negación de los derechos humanos básicos es inaceptable”, señaló el comunicado de la Secretaría de Estado.
El secretario general de la OEA, Luis Almagro, dijo que fue “solo un primer paso”. “Exigimos la liberación de todos los presos políticos”, añadió.
Durante el encarcelamiento de López circularon denuncias de tortura y hasta falsas noticias sobre su muerte, pero el gobierno siempre lo desmintió.
Sus defensores alegan que fue condenado por motivos políticos y con pruebas “manipuladas”.