Jaime, el Villano favorito III
Hasta hace pocos meses, Rodrigo Medina era considerado el villanofavorito de los nuevoleoneses, pues a él le achacaban todos los males de un estado como Nuevo León, que años atrás era considerado como vanguardista a nivel nacional.
El ex mandatario ha sido acusado de haber utilizado indebidamente recursos públicos, sin embargo, sigue en libertad y con el beneficio de la duda hasta que le demuestren lo contrario.
Luego el fiscal Anticorrupción, Ernesto Canales, se ganó el nada honroso apodo al presuntamente abusar de la viuda del
Tigre Azcárraga, a quien según denuncia presentada ante la Procuraduría de Justicia de la Ciudad de México, defraudó con una cantidad cercana a los 6 millones de dóla- res, asunto todavía en litigio.
Ahora el primer gobernador independiente se encuentra en el ojo del huracán, cuestionado por la opinión pública por sus desplantes “trumpianos”, al atacar a todos los medios de comunicación que no estén de acuerdo con sus decisiones.
A Jaime le molesta que los periodistas publiquen cosas en contra de su Gobierno. Si tienen o no la razón es lo de menos, al señor le indigna que un “simple” comunicador se atreva a señalar sus acciones.
Se le olvida que es un servidor público, y que los ciudadanos somos sus patrones, porque de nuestros impuestos sale para cubrir su salario y el de todos los empleados del Ejecutivo.
Al cuestionar el destino de los recursos públicos, la prensa está cumpliendo con su trabajo. Siempre y cuando se hagan con rigor, las investigaciones periodísticas son necesarias para darle contrapeso a los excesos del poder.
Nada tienen de personal los señalamientos al Gobierno Estatal. Los ciudadanos tienen derecho a conocer el origen del dinero con el cual se paga la promoción de un gobernador con aspiraciones presidenciales.
Sus viajes y los gastos que implican deben conocerse. Ni Jaime ni ningún otro de nuestros empleados públicos deben gastarse el presupuesto en sueños guajiros, como pensar que pueden ganar una elección a nivel nacional cuando en poco tiempo los nuevoleoneses ya se arrepintieron de haberlo elegido.