SE LOS TRAGÓ LA TIERRA.
Ordena SCT peritaje y auditoría para deslindar responsabilidades; la empresa se desmarca
Apenas a tres meses de haber sido inaugurado, en el Paso Express de Cuernavaca se produjo un socavón de 5 metros de profundidad por 12 de diámetro en el que cayó un auto cuyos dos tripulantes murieron; vecinos alertaron desde hace 10 días de la falla.
Un socavón partió en dos el Paso Express, inaugurado hace tres meses, donde murieron dos personas, cuyo vehículo se precipitó durante la madrugada debido al reblandecimiento y movimiento de tierra generado por la construcción de la vía y las fuertes lluvias.
Juan Mena López, de 66 años, y su hijo, Juan Mena Romero, de 36, vecinos del municipio de Emiliano Zapata, en Morelos, murieron dentro de un vehículo Volkswagen Jetta, cuando cayeron al agujero cerca de las 5:50 de la madrugada. Los cuerpos fueron rescatados nueve horas después por los equipos de rescate y de Protección Civil locales, que requirieron de tres grúas y dos máquinas retroexcavadoras.
A las seis de la mañana, el centro de emergencias de Morelos recibió la llamada de auxilio que reportaba un agujero en el Paso Express, donde presuntamente habían caído “varios vehículos”.
Cerca de las 7 arribaron las autoridades policiacas y de rescate y observaron que en el fondo había un auto y no se apreciaban personas en su interior.
El secretario de Comunicaciones y Transportes, Gerardo Ruiz Esparza, arribó a la zona y aseguró que el socavón tuvo su origen en el reblandecimiento de la tierra, ya que una alcantarilla subterránea se tapó con basura y generó una masa de agua de más de ocho metros de altura.
Agregó que el gobierno federal pugnará por el deslinde de responsabilidades y que serán castigados quienes tengan culpabilidad en los hechos. “Vamos a atender a la familia afectada, ya les hablamos de una indemnización del constructor, que ofrece una cantidad similar, que es un millón de pesos en total: 500 mil pesos cada uno, y yo les ofrecí también que abogaría que hubiera una cantidad adicional para resarcir esto”, dijo en entrevista para MILENIO Televisión.
El secretario pidió al Colegio de Ingenieros realizar un peritaje para dictaminar qué pasó. Los técnicos son ajenos a la dependencia y a la propia empresa responsable de la obra.
También ordenó una auditoría para que la Secretaría de la Función Pública y el órgano de control determinen si servidores públicos actuaron con la “suficiente atingencia y eficiencia”.
En tanto, la empresa construc- tora informó en un comunicado que la alcantarilla y el drenaje que colapsaron no formaron parte de los trabajos del proyecto.
Las empresas Epccor y Aldesa explicaron que ambos cruzan a más de 15 metros de profundidad y que el exceso de agua provocó la grieta en la carpeta asfáltica.
Tras ofrecer sus condolencias, destacó su “coincidencia” en los puntos planteados por la SCT sobre el socavón: el reblandecimiento de tierra derivado de la acumulación de basura en una alcantarilla subterránea, que originó que el drenaje se saliera de cauce.
El director de Protección Civil municipal, Fernando Manrique Rivas, confirmó que el conductor del vehículo logró hacer una llamada a su familia para alertarles que habían “caído a un agujero”. “Sabemos que es un cauce natural de la barranca, donde el agua que pasa por el lugar hizo el trabajo de socavamiento y abrió un agujero”, señaló.
Desde que se supo del percance, las autoridades llegaron al lugar, ubicado en el kilómetro 96+600 de la carretera México-Acapulco, a la altura de la colonia Chipitlán, para iniciar las labores de rescate, por lo que bloquearon el paso de los carriles sur-norte de la vía, y posteriormente el flujo vehicular fue cerrado en su totalidad, lo que originó un caos vehicular en la zona sur de Cuernavaca.
Cuando llegaron los cuerpos de seguridad y de rescate estatal y federal, el cráter alcanzaba cinco o seis metros de profundidad y 12 de diámetro; sin embargo, era visible el agrietamiento del pavimento, por lo que cerca de las cinco de la tarde el agujero era mayor a 20 metros de largo, unos 30 metros de ancho y 10 de profundidad.
Por la mañana, en conferencia de prensa, el gobierno de Morelos, a través del Coordinador de Protección Civil, Javier Bermúdez Alarcón, reiteró el llamado a las autoridades de la SCT atender las observaciones hechas al Paso Express desde abril pasado.
Incluso, recordó que el año pasado el área a su cargo también hizo observaciones a la dependencia federal como a la empresa Aldesa, responsible de la obra, para que atendieran deficiencias de seguridad encontradas en la zona donde el piso se hundió. “Pedimos que se atiendan todas y cada una de las observaciones para evitar que sigan corriéndose riesgos, sobre todo ante el acercamiento del próximo periodo vacacional”, expresó.
Los cuerpos de los señores Mena fueron trasladados al Servicio Médico Forense donde se determinará la hora y la razón exacta de su deceso.
Historia negra
La historia de desgracias y conflictos alrededor del Paso Express iniciaron casi al momento de que comenzó su construcción hace más de dos año.
Pobladores, representantes populares y autoridades auxiliares hicieron llamados constantes a la Secretaría de Comunicaciones y Trasportes para que revisará la actuación de la empresa Aldesa y revisaran el proyecto, incluso, que se modificara —en primera instancia— por la grave deforestación que generó el corte de más de 5 mil árboles.
Aunado a ello, legisladores como Javier Bolaños Aguilar, del PAN, llamó a la SCT a tomar en cuenta que el trazo del Paso Express estaba generado accidentes.
Mostró que desde su construcción hasta 2016 el número de muertes llegaba a 131, cifra donde se incluye el deceso del hijo del entonces subsecretario de Gobernación, Héctor Gandini, además de cientos de personas que resultaron con algún tipo de incapacidad, como la hija del propio funcionario federal.
A lo largo de toda su construcción y de toda la vía, los afectados han documentado y manifestado su inconformidad en muchas ocasiones, y ante la omisión de las autoridades han repetido las protestas, algunas de mayor urgencia como la más reciente, de vecinos de Chipitlán y El Polvorín alertaron sobre otra afectación a las centenas ya contadas.