Víctimas de violencia familiar esperan salvación: psicólogo
Al igual que el Síndrome de Estocolmo, en donde las víctimas de un secuestro desarrollan sentimientos afectivos por los delincuentes bajo la eterna promesa de una liberación, de igual manera, quienes sufren violencia de género permanecen en una relación conflictiva por la esperanza de que las cosas mejorarán, explicó el psicólogo Miguel Villegas.
Similar al secuestro, las víctimas que son agredidas por su pareja esperan una salvación que en algunos casos no llega a tiempo, debido a que las instancias responsables de garantizar la seguridad y procurar la justicia ven su capacidad de respuesta rebasada por la demanda de casos.
Por lo tanto, explicó Villegas, surgen dos fenómenos que impiden a los afectados escapar de una relación dañina: la esperanza de que algo bueno va a pasar y la incapacidad aprendida.
Los agentes ministeriales, instancias de protección a la mujer y la Procuraduría General de Justicia juegan un papel decisivo en el fenómeno de la incapacidad aprendida, pues al no ser capaces de garantizar la seguridad a las víctimas les refuerzan la idea de que la salvación está lejos de su alcance y no deben seguir intentando escapar o denunciar.
Por otra parte, internamente nace otro sentimiento de compasión y miedo de las víctimas hacia el agresor que, tras haber violentado, busca la reconciliación con promesas, entonces desarrollan comportamientos parecidos al Síndrome de Estocolmo. “En estos dos fenómenos: en la incapacidad aprendida y el Síndrome de Estocolmo, es donde la víctima de violencia en la pareja se atrapa y por eso no puede salir, culturalmente se le da una lectura terrible porque se dice que ellas permiten el abuso, que ellas son las que deberían hacer algo para que esta situación se acabara. “Cuando ellas saben que si hablan y denuncian les puede ir peor y es real, el número de mujeres que han sido asesinadas por su pareja o quien era su pareja, precisamente, las asesinó cuando ella decidió poner la denuncia”, dijo.
El especialista criticó que el uso de redes sociales acentúe patrones y mensajes de una cultura patriarcal en donde se le culpa a la víctima de violencia por no buscar ayuda e inconscientemente se indulta a los varones suponiendo que su comportamiento agresivo es inherente a su género. “Facilitan que se continúen los mensajes anclados en la cultura patriarcal que siguen siendo reproducidos dentro de las redes sociales y lo vertiginoso que es la transmisión de estos mensajes que van en la línea de continuar con esta cultura que nos ha llevado al hombre y a la mujer en lugares diferentes”, mencionó.