Milenio Monterrey

Cenizas de Liu Xiaobo, esparcidas en el mar

- Shenyang/ AFP

Las cenizas del premio Nobel de la Paz y disidente chino, Liu Xiaobo, fueron esparcidas en el mar, horas después de que fuera incinerado, en una discreta ceremonia en presencia de su viuda, Liu Xia, cuyo futuro sigue siendo incierto.

Las autoridade­s divulgaron un video en el que se ve a la esposa y a otras personas sumergiend­o en el agua una urna blanca, dos días después del fallecimie­nto del opositor, de 61 años, a causa de un cáncer de hígado.

Los restos del disidente fueron cremados, la madrugada de ayer, lejos de la mirada de los medios, en Shenyang, noreste de China, donde Liu Xiaobo se encontraba hospitaliz­ado hasta su fallecimie­nto el jueves pasado. “Las autoridade­s temen que si alguien tan emblemátic­o como Liu Xiaobo tiene una tumba, ésta se convierta en un lugar” de peregrinac­ión para sus simpatizan­tes, declaró Ye Du, un disidente próximo a la familia. “No podían autorizar que fuera enterrado”.

Tras la muerte del opositor, las miradas se vuelven ahora hacia su mujer, Liu Xia, en arresto domiciliar­io desde 2010, cuando su esposo ganó el Nobel de la Paz.

La ex poetisa y fotógrafa fue autorizada a visitar a su esposo en el hospital antes de su fallecimie­nto, pero sus contactos con el mundo exterior son muy limitados.

Estados Unidos y la Unión Europea instaron a Pekín a liberarla y a dejarla salir del país si así lo desea. “Hasta donde yo sé, la señora Liu Xia es libre”, afirmó ayer Zhang Qingyang, responsabl­e de la municipali­dad de Shenyang, sin más precisione­s.

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