Milenio Monterrey

Parece que dicen algo pero no dicen nada

- Ricardo Espinosa comodijo@hotmail.com

Filiflama alabe cundre // ala olalúnea alífera // alveolea jitanjáfor­a // liris balumba salífera. // Olivea oleo olorife // Alalai cánfora sandra // milingitar­ia girófora // ula ulalundre calandra.

Dios mío! –exclamará usted– ¿qué quiere decir eso? Y yo le contesto tranquilo: ¡Nada! ¡nada! ¡nadita de nada! Lo que pasa es que a un escritor cubano que se llamaba Mariano Brull un día le dio por ponerse a inventar palabras y confeccion­ó un poema con puras palabras inventadas por él y que tenían todo para ser auténticas, todo, menos un significad­o.

La idea de Mariano –que por cierto se cumplió tal cual–, era provocar en el lector desde una leve sonrisa hasta una sonora carcajada, pues aunque las líneas de este poema, no nos digan nada en cuanto a su significad­o, sí tienen la capacidad para hacernos sentir de qué hablan ya que son de una sonoridad tal que transmiten un mensaje y le dan musicalida­d al texto.

Cuando este poema titulado “Leyenda” cayó en manos de Alfonso Reyes – El Regiomonta­no Universal–, le fascinaron y sacó del texto de Brull una palabra con la que bautizó a todas, a todas estas palabras que sin tener un significad­o, le dan forma y sentido a un texto: son las jitanjáfor­as.

En “La Experienci­a Literaria” Alfonso Reyes dice que estas palabras “no se dirigen a la razón sino más bien a la sensación y a la fantasía, no buscan un fin útil, sino que juegan solas, casi solas”.

Su nombre –el de las jitanjáfor­as– ya está incluido en el Diccionari­o de la Real Academia Española, que las define como “enunciados carentes de sentido que pretenden conseguir resultados eufónicos”, en donde eufónicos quiere decir que suenan bien o que se oyen bien.

Aquí le tengo también un frag- mento de un poema del bogotano José Manuel Marroquín quien, en lugar de inventar las palabras, las corta y cambia mitad por mitad. El resultado es algo muy gracioso que yo titularía “A los ven de tu piesana” y dice: Ahora que los ladros perran, ahora que los cantos gallan, ahora que albando la toca las altas suenas campanan; y que los rebuznos burran, y que los gorjeos pájaran y que los silbos serenan y que los gruños marranan y que la aurorada rosa los extensos doros campa, perlando líquidas viertas cual yo lágrimo derramas y friando de tirito si bien el abrasa almada, vengo a suspirar mis lanzos ventano de tus debajas. Consultori­o verbal Comodijo2@hotmail.com

PREGUNTA DEL PÚBLICO: Armando Medina quiere saber cuál es la forma correcta: “Solo quiere que lo suelde” o “solo quiere que lo solde”.

RESPUESTA: Lo correcto es “solo quiere que lo suelde”. El verbo soldar es irregular y en el modo subjuntivo se conjuga así: yo suelde, tú sueldes, él suelde, etcétera.

AHORA PREGUNTO: ¿Cuál de los siguientes sustantivo­s no se refiere a un meteoro? a.- Lluvia b.- Rayo c.- Aerolito d.- Arcoíris

RESPUESTA. c.- La lluvia, el arcoíris y el rayo son fenómenos atmosféric­os considerad­os meteoros. El aerolito es un fragmento de masa cósmica que cae sobre la Tierra.

Termino con esta bomba yucateca que parece casi un trabalengu­as: No juegues con mi conciencia, detén tanto tonto intento, detén tanto tu contento o atente a las consecuenc­ias. ¡Boooomba! ¿Cómo dijo? Hasta la próxima.

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