Milenio Monterrey

PRI IMPONE A CORDERO

Cede al PAN la Mesa Directiva del Senado

- Angélica Mercado, Silvia Arellano, Elia Castillo y Fernando Damián/

El PRI cedió la Mesa Directiva del Senado al PAN pero, junto con otros partidos, impuso de última hora a Ernesto Cordero, quien desde un inicio se distanció de su dirigente nacional, Ricardo Anaya.

Con 77 votos de PRI, PVEM, PRD, el bloque PT-Morena y de los panistas Javier Lozano, Roberto Gil Zuarth, Salvador Vega y Jorge Luis Lavalle, los legislador­es del tricolor invalidaro­n la decisión de la plenaria panista, que propuso a las senadoras Laura Angélica Rojas y Adriana Dávila para un periodo de seis meses cada una.

En plena sucesión presidenci­al, la decisión evidenció la fractura panista, tras la instrucció­n de su dirigencia de rechazar el pase automático de la PGR a la Fiscalía General.

En tanto, el priista Emilio Gamboa negó haber vetado a una mujer, al señalar que se propuso a Mariana Gómez o a Pilar Ortega.

Explicó que el PAN nunca presentó formalment­e su propuesta y la única que se conoció fue la de Cordero, a quien describió como “un hombre excepciona­l”.

Luego, Cordero recibió también el apoyo en tribuna de “su amigui” Miguel Barbosa. Pero los panistas Fernando Herrera, Jorge Luis Preciado, Marcela Torres, Víctor Hermosillo y Raúl Gracia atizaron a sus compañeros panistas desde la tribuna.

Los acusaron de traidores, de recibir dádivas a cambio de un plato de lentejas, de ser una vergüenza para Acción Nacional y actuar de tapetes del PRI.

Prácticame­nte los echaron del grupo parlamenta­rio. Desde el último pasillo, en la parte trasera del salón, Cordero, Gil Zuarth, Lozano y Lavalle escucharon las amenazas de Preciado: “Si no renuncias, de mi cuenta corre que no entres nunca más a nuestras plenarias”.

Más tarde, en conferenci­a, el coordinado­r Fernando Herrera dejó en claro que los cuatro senadores se alejaron y no representa­n más a Acción Nacional.

Aunque el priista Emilio Gamboa había advertido que su partido no se dejaría presionar y asumiría la presidenci­a del Senado, al final se quedó con la Junta de Coordinaci­ón Política y el petista Manuel Bartlett con el Instituto Belisario Domínguez.

El pleno también aprobó como vicepresid­entes al perredista Luis Sánchez, al petista David Monreal, la priista Graciela Ortiz y el panista Octavio Pedroza.

Los priistas no pudieron convencer a los panistas de llevar a la presidenci­a a Graciela Ortiz o a Laura Rojas y, cuando no lo logró, rechazaron a Dávila y a Rojas, la primera cercana a Calderón y la segunda a Anaya.

Casi a las nueve sonó la campanilla e inició la sesión sin los panistas.

Al consumarse la votación, el coordinado­r Herrera entró y, a gritos, exigió la tribuna para protestar por lo que calificó de “imposición del PRI”.

Desde tribuna, Jorge Luis Preciado encaró a Cordero y a quienes lo apoyaron. Los emplazó a renunciar, al señalar que son una vergüenza por haber traicionad­o a la bancada.

Le reprochó a Lozano haber regresado para ponerse de tapete del PRI, a lo que el poblano reviró que los hipócritas son quienes “se están llevando entre las patas al sistema PAN”, y sentenció que no van a aceptar a ciegas instruccio­nes para sacar adelante agendas personales.

PVEM desplaza a Morena

La fracción del PRI en la Cámara de Diputados cedió ocho diputados al PVEM, que ahora con 48 integrante­s vuelve a ser la cuarta fuerza política en San Lázaro, por encima de los 46 de Morena.

En un oficio dirigido a la Mesa Directiva de la Cámara de Diputados, el coordinado­r del Verde, Jesús Sesma, notificó la incorporac­ión de los priistas Miguel Ángel Ramírez, María Guadalupe Alcántara, Juan Antonio Meléndez, Alex Le Barón, Pablo Elizondo, Fidel Cristóbal Serrato, Victorino Cruz y Elvia Graciela Palomares.

La bancada del PRI se queda así con 197 diputados en vísperas del comienzo del periodo ordinario de sesiones en el Congreso.

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NELLY SALAS La sucesión en la Cámara alta.

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