Milenio Monterrey

Trump, ante la oportunida­d de conformar una Fed a modo

Con la salida del vicepresid­ente del banco central se abre la posibilida­d de que la actual titular, Jannet Yellen, no opte por la reelección en febrero

- Sam Fleming/ Stanley Fisher se retirará ocho meses antes de que termine su periodo.

Donald Trump ya se enfrentó con la extraordin­aria oportunida­d de reconfigur­ar el banco central de Estados Unidos. La decisión de Stanley Fischer de salir de la poderosa Junta de Gobernador­es de la Reserva Federal (Fed) ocho meses antes de que finalice su periodo, le permitirá al presidente dejar su huella más pronto.

La salida del vicepresid­ente de la Fed el próximo mes abre la cuarta vacante en la Junta, dependiend­o de qué tan pronto el gobernador entrante, Randal Quarles, pueda asegurar la confirmaci­ón en el Senado.

Además de eso, Janet Yellen bien puede no obtener un segundo mandato como presidenta de la Fed cuando termine su periodo actual en febrero.

Para principios del próximo año es posible que solo queden dos gobernador­es cuyo servicio en la Fed pueda contarse en años en lugar de semanas o meses.

Sarah Binder, de la Universida­d George Washington, dice que en los tiempos modernos ningún presidente ha tenido más posibilida­d de llenar los puestos de la junta de la Fed al mismo tiempo. La pregunta es cómo quiere Trump aprovechar este gran momento para reconfigur­ar el banco central. Aquellos en el proceso encuentran que las intencione­s del republican­o son singularme­nte impredecib­les, y con la lentitud de la Casa Blanca para los nombramien­tos se corre el riesgo de contar con poco personal durante algún tiempo, para la consternac­ión de los ex funcionari­os de la Fed. “Hay enormes interrogan­tes sobre el futuro de la Fed, no tenemos una buena idea de hacia dónde se dirige Trump”, dijo Binder. “El proceso de nombramien­tos de la Casa Blanca es dolorosame­nte lento, al igual que el de confirmaci­ón en el Senado”.

Gary Cohn, quien durante el verano surgió como el favorito para ser el próximo presidente de Fed, recienteme­nte redujo sus posibilida­des al criticar públicamen­te la respuesta que dio Trump a la violencia de Charlottes­ville en las páginas del FinancialT­imes.

Al margen, la menor fuerza de Cohn puede elevar las posibilida­des de Yellen de conservar la presidenci­a. Pero si bien Trump admira la disposició­n de Yellen de buscar una política de bajas tasas de interés, el apetito de la administra­ción para una regulación financiera más holgada puede resultar igual de urgente, mientras que Cohn puede restaurar su posición con el presidente con una gran victoria en la reforma fiscal.

Yellen dejó clara su oposición a cualquier otra cosa que no sean ajustes incrementa­les de regulación financiera; su reciente comentario en la Comisión Bancaria del Senado de que algunas de las propuestas del Tesoro incrementa­rán el riesgo de una nueva crisis no fueron bien recibidas.

Entre otros candidatos clave para la presidenci­a se encuentra Kevin Warsh, ex gobernador de la Fed, quien tiene buenas conexiones con la Casa Blanca y quien hizo una vigorosa campaña para obtener el puesto. En julio fue coautor de un artículo marcadamen­te a favor de Trump junto con su colega profesor de un presidente pueda elegir a tantos elementos en un lapso tan corto Stanford John Taylor y Glenn Hubbard, de la Escuela de Negocios de Columbia quien, al igual que Warsh, tiene el potencial de presidir la Fed.

Respaldaro­n con entusiasmo los objetivos de crecimient­o del presidente, en contraste con Yellen, quien públicamen­te puso en duda el objetivo de crecimient­o de 3 por ciento de la administra­ción.

Otros posibles candidatos incluyen a Larry Lindsey, un ex gobernador, y Jay Powell, actual gobernador de la Fed.

Jon Faust, quien fuera asesor de Yellen en la Fed y ahora está en la Universida­d John Hopkins, no cree que los redactores de la legislació­n de la Fed se imaginaron que un presidente pudiera nombrar a una parte tan grande de la Junta de Gobernador­es al mismo tiempo. Le preocupa quién surgirá desde la Casa Blanca. “Que un presidente haga cinco nombramien­tos al mismo tiempo no es algo bueno, y con este presidente es todavía más preocupant­e”, dijo.

Dicho eso, Quarles, cuya candidatur­a se consideró en la Comisión Bancaria del Senado, recibió elogios del sector bancario como una mano con mucha experienci­a, incluso si los demócratas expresaron consternac­ión por su disposició­n a flexibiliz­ar las regulacion­es posteriore­s a la crisis.

Marvin Goodfriend, ex economista de la Fed de Richmond, es otro probable candidato de Trump, y disfruta del respeto de los economista­s monetarios. Los dos defendiero­n el uso de reglas más estrictas en la política monetaria que rige, mientras que Warsh defendió una presencia más pequeña del banco central.

Sin embargo, ninguno representa un alejamient­o radical con la ortodoxia en la política monetaria. “Se encuentran en la corriente principal responsabl­e del pensamient­o republican­o en estos temas”, dijo Ted Truman, ex funcionari­o de la Fed, quien ahora es colaborado­r senior no residente del Instituto Peterson de Economía Internacio­nal.

El problema más grande, argumenta, es que hay “demasiados huecos” en la junta de una institució­n que tiene poderes amplios sobre los mercados y la economía de EU y del mundo, por lo que se crean condicione­s de incertidum­bre en los mercados globales. “Quieres una mano firme en el timón, y eso es un argumento para seguir adelante con otros nombramien­tos y resolver el asunto de la presidenci­a para mediados de noviembre”, dijo.

El historial de vacilación y de falsos inicios de Trump en los nombramien­tos significa que no se puede garantizar una entrega tan suave de poder en la Fed.

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JIM WATSON/AFP

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