Me gané un Nobel, no soy santa: Jody Williams
Conocí a Jody Williams hace cuatro años en Xalapa. Es una mujer sencilla y muy simpática cuya conciencia y deseo de contribuir al bien común la condujeron al activismo y a ganar el Premio Nobel de la Paz en el año 1997 por su trabajo, para eliminar las minas antipersonales (International Campaign to Ban Landmines). Tuve el gusto de hablar nuevamente con Jody en el Hay Festival de Querétaro. Franca, directa y apasionada por su trabajo hablamos en español, idioma que Jody domina (supongo que gracias a su trabajo de años en Centroamérica). Además de haber recibido el Premio Nobel de la Paz, es conocida alrededor del mundo por su trabajo en defensa de los derechos humanos, en especial de las mujeres.
Empezamos la conversación hablando sobre las mujeres y la paz: “Yo creo que todos somos seres humanos. Trabajo con organizaciones de mujeres, quienes están luchando para hacer un mundo con paz sostenible e igualdad ante la ley. Desde joven nunca creí que era diferente a un hombre.
“Hace poco, en una plática, un joven me pregunto ‘¿cuál es el papel de la mujer para hacer un mundo con paz?’, y le contesté ‘te voy a hacer una pregunta: ¿cuál es el papel del hombre para hacer un mundo con paz?’, se quedó pasmado y me respondió ‘sabe Jody, nunca había pensado la cuestión así’. Pues piénsalo, le respondí. ¿Por qué siempre estamos preguntando cuál es el papel de la mujer? El papel de la mujer es el mismo del hombre en el sentido de crear un mundo diferente en el cual tal vez tenemos chance de vivir una paz más sostenible. Estamos en 2017 y todavía no reconocen el trabajo de la mujer en el mundo; eso me hace enojar, pero lo canalizo y pongo mi enojo en la iniciativa de las mujeres Nobel donde nos reunimos para apoyar a las que están intentando enseñar a hombres que somos capaces que hacer lo mismo que ellos. Menos ir al baño de pie, ¿entiendes Méndez?”, bromeó Jody.
“A veces tengo ganas de pegarle a alguien”, dice Jody sonriendo, “el Premio Nobel de la Paz no me hizo una santa, nunca lo he sido ni quiero serlo, pero he aprendido que la violencia no ayuda. Es normal tener ganas de gritar o pegarle a alguien; creo que un problema que tenemos los seres humanos es que todavía creemos que podemos ganar por medio de la violencia. Si no podemos convencer al otro, le pego y gano. Eso no es cierto. Nada más estás sembrando un futuro de violencia”.
Cuando le pregunto a Jody su opinión sobre el muro que quiere construir Trump, respondió: “Es un problema porque quiero decir puras groserías cuando pienso en ese hombre. Lo que acaba de hacer con DACA, lo que dice sobre los migrantes y su muro es completamente estúpido. Mi nación, que tiene sus problemas, no es un país de odio y miedo. Bueno, sí lo es, pero intentamos fingir que no es así”. Todo tiene dos caras y Jody ve algo positivo en la elección de Trump: “La gente por fin entiende la necesidad de ser ciudadano activo en la vida diaria del país. Antes nada más estaban esperando respuestas del gobierno. Ahora tenemos un idiota como presidente. No espero nada de él, pero me llena de esperanza que las personas se están organizando y que haya muchas manifestaciones en su contra”. Incansable, lanzó junto con su esposo y otras personas, una campaña contra las armas controladas por robots (Campaign to stop killer robots), a fin de que los gobiernos atiendan el problema. “Están haciendo armas que, sin intervención del ser humano, pueden salir y matar en una batalla. Yo me pregunto ‘¿cómo puede un hombre creer que está bien hacer armas que solitas pueden matar a personas?’”. A lo largo de la historia, solo 15 mujeres han sido galardonadas con el Premio Nobel de la Paz, así que pueden imaginarse lo afortunada que me sentí de tener la oportunidad de conversar nuevamente con una de ellas. Buen domingo a todos.